Aunque algo tarde, quiero desearos yo también un feliz año cargado de aventuras como la que nos habéis enseñado, que envidia por dios.
Me he leído todo vuestro viaje en dos días, fabulosos, ha sido fabuloso.
Es fácil adivinar que a muchos nos habéis despertado ese sueño que llevamos oculto de hacer un día algo parecido. Nosotros tenemos en casa algo un poco más pequeño que el vuestro, un Somo 20 del que estoy cada día más enamorado, normal es nuestro primer barco...
Bueno, lo dicho, felicidades y a seguir con ese espíritu.
Yo también empecé con un 20 pies, concretamente un Condor 20, que se fabricaba en Cantabria y hacía una sana competencia al Somo 20. Con él ya empezamos a hacer salidas costeras por el Cantábrico y es con el que empezamos la actividad de vela con los niños del hospital. Para eso también es mejor un barco pequeño. Además es el que nos despertó el gusanillo que ha desembocado en el viaje actual. Hay que permitirse ese tipo de sueños.
Aunque algo tarde, quiero desearos yo también un feliz año cargado de aventuras como la que nos habéis enseñado, que envidia por dios.
ResponderEliminarMe he leído todo vuestro viaje en dos días, fabulosos, ha sido fabuloso.
Es fácil adivinar que a muchos nos habéis despertado ese sueño que llevamos oculto de hacer un día algo parecido. Nosotros tenemos en casa algo un poco más pequeño que el vuestro, un Somo 20 del que estoy cada día más enamorado, normal es nuestro primer barco...
Bueno, lo dicho, felicidades y a seguir con ese espíritu.
Hola Fernando. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarYo también empecé con un 20 pies, concretamente un Condor 20, que se fabricaba en Cantabria y hacía una sana competencia al Somo 20. Con él ya empezamos a hacer salidas costeras por el Cantábrico y es con el que empezamos la actividad de vela con los niños del hospital. Para eso también es mejor un barco pequeño. Además es el que nos despertó el gusanillo que ha desembocado en el viaje actual. Hay que permitirse ese tipo de sueños.
Un abrazo
Alvaro.