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lunes, 29 de mayo de 2017

Sara se ha hecho mayor.

Sí, otra de nuestras grumetillas, que empezó a navegar con nosotros a los 10 años y me sugirió esto cuando cumplió los 18. Está tomado del libro "La sonrisa de Mikel". El "desencefalopatoespongiformizador" es un personaje que nos inventamos para un trabalenguas en los años de la encefalopatía espongiforme bovina, la "enfermedad de las vacas locas", con el que nos reímos mucho surcando la bahía:

SARA SE HA HECHO MAYOR.

   El desencefalopatoespongiformizador
de aquel trabalenguas tan duro de aprender
me ha preguntado anoche por la hermosa mujer
que en la pista de hielo saludé con amor.
No la ha reconocido, Sara se ha hecho mayor.

   Cuando él la conoció Sara era todo flor,
todo pelo rizado, todo rodilla flaca,
todo esa cicatriz que en su frente destaca,
todo sonrisa triste, gesto interrogador,
todo ganas de vida, de vuelo, de alharaca.

   Acababa de huir de La Hipocondriaca.
Sí, lo había logrado aunque, palabra de honor,
esa vieja no suele soltar a quien ataca.
Por esa niña triste, hija del sinsabor,
habría dado la vida hasta el apuntador.

   Y esa heroína hoy cumple sus dieciocho años.
Yo ya no reconozco sus cabellos castaños
debajo de esta espesa melena pelirroja,
ni su sonrisa triste en esta boca roja,
ni su cuerpo de atleta, ni sus besos extraños.

   Pero hay algo en el fondo de su mirada clara
que recuerda a la niña del globo en la terraza,
del pelo ralo y negro, no de calabaza,
de los años que tuvo a la suerte de cara
y a mí me tuvo cerca, bajo la botavara.

   Hay algo en su sonrisa tímida y serena,
algo en su forma de estar, lánguida y distante,
algo en el vuelo de las olas de su melena,
algo en un gesto suyo que vive un solo instante,
que me trae a la niña valiente y navegante
antes que la mujer hermosa salga a escena.

   Y yo me agarro a esas imágenes de antes
cuando beso a la guapa e intrépida sirena.







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Y ahora el dibupoema:





lunes, 22 de mayo de 2017

Dibucarta de nuestra primera navegación Carpe Diem del 2017.

Hola navegantes.

El sábado fue la primera navegación Carpe Diem de 2017. Esta es la dibucarta. Para los nuevos: una dibucarta es un texto que va cogiendo forma de dibujo. Se suele leer en el sentido de las agujas del reloj, y donde se interrumpe con puntos suspensivos hay que seguir donde el texto se reanuda con el mismo número de puntos. No es igual tres puntos suspensivos que dos o que cuatro. El que la acierte y la traduzca aquí debajo, en “comentarios”, tiene de premio el dibujo original y un punto para llevar a navegar a un hermano o un amigo. ¡Animo!. La de hoy se empieza a leer en la mano derecha del mono, la que tiene apoyada en el suelo. La he hecho facilita para los nuevos.



Salimos 4 barcos con 11 grumetillos y todo salió a pedir de boca. Una meteorología clemente, con el cielo despejado y el viento del Nordeste, como si ya estuviéramos en verano. Los más veteranos, que además iban en los barcos más grandes, salieron de la bahía y dieron unos bordos hasta Cabo Mayor. Los que llevábamos a los nuevos grumetillos nos quedamos en la bahía sin forzar mucho las cosas para que no se mareasen, y para que empezaran a coger el punto a llevar la caña del timón y practicar las maniobras de las  viradas y del fondeo. Luego quedamos todos a merendar frente a la playa de Los Peligros, donde además echamos una zodiac al agua para que aprendieran a remar. Volvimos a puerto a vela.


jueves, 18 de mayo de 2017

¡200.000 visitas!

¡Quién me lo iba a decir cuando lo empezamos con motivo de la vuelta a España!. Gracias a todos.


miércoles, 17 de mayo de 2017

lunes, 15 de mayo de 2017

A MI CIUDAD (dibupoema).

                       A MI CIUDAD.

   Volví a la ciudad donde gané año a año mis centímetros
algún tiempo después, a disfrutar de mi amor y mis dos hijos.
Luego uno se marchó entre pantallazos azules y voltímetros,
otro entre prisiones, penados y expedientes en atadijos.

   Eso no le quitó su encanto a esta ciudad provinciana,
me quedaban mi amor, mi monte, mi barco, mis grumetes...
una vida muy feliz, de esas de tirar cohetes;
agradezco a Santander que me diera este nirvana.

   Sí, estoy agradecido a esta ciudad decadente;
igual fue por azar, pero aquí gocé mi infancia,
aporté algunas cosas a mi profesión, sin petulancia,
y luché por la felicidad de la gente más corriente.

   Ahora me guarda por delante los años problemáticos,
los que amontonan oscuridad detrás de la ventana,
tristezas, soledades y dolores reumáticos...
hasta el momento de decir que no al de la sotana.

   Pues ni eso me importa, yo viviré día a día
entre la montaña, el río y el azul de mi bahía,
hasta que me abracen la enfermedad o las rompientes
y me deba despedir de la ciudad en la que eché los dientes.

   Si hay más allá disfrutaré de la vida desde arriba
siguiendo la historia de mis hijos y de los siguientes,
y si no lo hay lo lamentaré por todos los creyentes.
Yo no me arrepentiré de mucho en la Triste Comitiva.



viernes, 12 de mayo de 2017

El extintor 21 B.

Hola navegantes.

Casi todos los barcos  tienen que llevar un extintor y la normativa especifica que será, como mínimo,  del tipo 21 B. ¿Qué significa?. Pues que es capaz de apagar 21 litros de combustible líquido ardiendo. Pero vamos por partes.

Los fuegos se clasifican en función del combustible que los alimenta:
  • A: combustible sólido: madera, tejidos, papel, cartón, etc.
  • B: combustible líquido: alcohol, gasolina, aceite, disolvente, etc.
  • C: combustible gaseoso: butano, propano, etc.
  • D: metales y compuestos químicos reactivos.
  • E: cualquier fuego en presencia de electricidad.
En los barcos lo más habitual es el de tipo B por la existencia del combustible del motor, y secundariamente puede convertirse en tipo A si se incencia la cabina. También son muy habituales los que se inician en la cocina, por quemarse el aceite.

Como lo más fácil de homologar es la capacidad de extinción de un combustible líquido, la potencia extintora se suele referir a los fuegos tipo B. Por eso hay extintores aptos para fuegos ABC, como los de polvo polivalente, que a pesar de ser para esos tres tipos de fuego su catalogación se refiere sólo a los de tipo B. Para la prueba se utiliza una mezcla de 1/3 de agua con 2/3 de heptano confinados en un recipiente, se le prende y se ve la capacidad de extinguirlo del extintor. Como dije, 21 B significa que apaga 21 litros, 55 B que apaga 55 litros, etc.

También hay  una catalogación de potencia extintora para sólidos (fuegos tipo A) que se basa en su capacidad de apagar listones de madera apilados, en número y volumen establecido, a los que se ha prendido fuego. Por ejemplo un extintor 13 A significa que logra apagar el fuego de 13 de esos listones de madera ardiendo.

Este año me ha tocado pasar con el Corto Maltés la inspección técnica que, como los coches, debemos pasar cada cierto número de años, en concreto los barcos cada 5. Y he tenido que cambiar el extintor. En efecto, los extintores deben, por ley, revisarse cada año, "retimbrarse" cada 5 años, y desecharse a los 20 años. Como siempre me paso de prudente he comprado uno sobredimensionado.



 Como veis, es de 6 Kg de polvo polivalente, con una potencia 183 B y 27 A, o sea que apagaría 183 litros de combustible líquido (no los llevo a bordo) y 27 listones de madera ardiendo. ¿Os parece demasiado?. No creáis, si habéis manejado alguna vez un extintor de éstos, que son los habituales en las casas y lugares públicos, sabréis que sólo duran unos segundos saliendo el polvo. Sólo de pensar que no aciertas a la primera y que se te acaba el polvo en mitad de la maniobra en altamar, me quita el sueño. Allí no puedes dejar el vehículo en el arcén y salir por pies a pedir ayuda. Por eso, aunque hay extintores 21 B (el mínimo exigido) de 1 ó de 2 Kg, yo me quedo más tranquilo con éste.


Además de la potencia exigida, los extintores para uso en embarcaciones deben estar aprobados por la Dirección General de la Marina Mercante, que además de comprobar la eficacia de extinción, comprueba también la calidad y resistencia del recipiente y los mecanismos de activación, de modo que resistan el ambiente marino y no se oxiden.

martes, 9 de mayo de 2017

Carpe Diem arranca con fuerza en 2017.

Hola navegantes.

Así es, el pasado domingo tuvimos la reunión para organizar las navegaciones con los niños de Valdecilla este verano. De momento se han apuntado 18 niños, 20 barcos y 51 tripulantes, entre médicos, enfermeras y capitanes. Ha sido tal la oferta de voluntarios que por primera vez tendremos que prescindir de alguno de ellos. Además este año va a organizarse la actividad también en Laredo y Getxo (sus voluntarios no están incluidos en los que os he dado) y alguno de los niños que vendría con nosotros en Santander se apuntará en Laredo o Getxo por cercanía a su domicilio y por comodidad.

Agradecemos especialmente la colaboración del Club Marítimo de Santander, que ha difundido la convocatoria entre todos sus socios, y entre ellos han salido algunos de los voluntarios de este año. Gracias a todos.

Ya va a ser nuestro 15º año con esta actividad. Empezaremos las navegaciones el 20 de mayo, y luego poquito a poco hasta octubre. A ver qué sorpresas nos depara este verano. Por lo pronto entre el 4 y el 11 de junio se celebra el mundial de vela en Santander, y alguna de nuestras salidas será entre esos deportistas de élite de la vela. A su lado haremos el ridículo con nuestros barcos pesados, pero seguro que los niños se divertirán mucho con el espectáculo.



jueves, 4 de mayo de 2017

Los deberes hechos.

Hola navegantes.

Todos los años tenemos una incómoda obligación, sacar el barco del agua para darle "la patente". La "obra viva" del barco, que es la parte sumergida del casco, se llena de verdín, caracolillos, y en casos avanzados hasta de mejillones, lapas y ostras (esto los descuidados que dejan el barco sin limpiar varios años). Esos animalitos estropean el casco y le impiden avanzar. Hay veleros que con esa fauna no son capaces de navegar a vela y necesitan meter siempre el motor.Para evitarlo hay que sacar el barco y limpiarlo con la karcher.



La limpieza con la karcher no se puede hacer en cualquier sitio. Lo que escurre es contaminante y tiene que ser recogido por un sistema de alcantarillado específico que lo almacene para su retirada segura.

Luego hay que dejar secar el casco y darle dos manos de una pintura especial que se llama "antifouling". En el argot náutico la llamamos "la patente", y nadie ha sabido explicarme por qué. Es una pintura que tiene biocidas para que no se peguen los animalillos microscópicos, fundamentalmente algas, sobre los que posteriormente crecen los moluscos más visibles.

Hay varios tipos de patentes y de muchos colores. Yo suelo dar la que se llama "autopulimentante", que consiste en una pintura poco adherente que se va desprendiendo cuando el barco navega y así van saliendo las capas subyacentes, con el biocida más activo. Una ventaja es que al finalizar la temporada sale completamente con la karcher y así no van quedando capas de pintura acumuladas. El otro tipo de patente, que se llama "de matriz dura", es  como una pintura normal que no sale con la karcher, y por lo tanto cada año se pinta encima de las capas del año anterior. El barco va acumulando capas y capas de pintura, que finalmente hay que quitar lijando y con decapantes.

Un inconveniente de la autopulimentante, aparte de que es más cara, es que si el barco vuelca e intentas subirte sobre la quilla pintada, es tan resbaladiza que resulta imposible. Con esta patente una situación angustiosa como es volcar un velero se hace todavía más insostenible, porque no puedes salir del agua y acabas embadurnado de pintura. Pero claro, volcar es tan poco probable que no parece lógico decidirse por una o por otra pensando en eso.

Y respecto al color, yo sólo aborrezco el blanco. Se dice que si navegas entre ballenas, desde abajo la panza del barco pintada de blanco puede recordarles a una ballena hembra, acercarse a jugar y volcarte. Quitando el blanco, yo suelo alternar el color de un año a otro para estar seguro, cuando doy con la karcher, de haber quitado toda la última capa. Este año ha tocado negro, y aquí está mi buen amigo volviendo al mar bien limpito, dispuesto para todas las aventuras de este verano:




Por cierto, el agujero del año anterior por el accidente del remolque cuando íbamos hacia la isla de Elba, ni se nota.

martes, 2 de mayo de 2017

¡Vaya sitio bonito para una presentación náutica!

Pues sí, la presentación del libro de la vuelta a España en el Corto Maltés fue nada menos que en un ballenero vasco de los que iban a vela hasta las costas de América, y volvían con las bodegas cargadas de grasa y carne de ballena.


Instalaron la tele en las bodegas y después de invitarnos a unos pinchos y un vinito, allí comentamos la navegación alrededor de la Península. Mejor imposible. Como el ballenero está a flote, tuvimos que terminar un poco deprisa porque la pleamar iba a ser muy alta y quedaba muy mal la pasarela para bajar a tierra.

Al terminar, nuestros nuevos amigos de Galerna Taldea nos invitaron a cenar a su "txoco" o club gastronómico, y luego a pasar la noche en Bermeo para regresar a Santander el sábado. Gracias por todo, chicos.

lunes, 1 de mayo de 2017

...y cumplió los 17.

Hola navegantes.

En estos días que estamos preparando las navegaciones Carpe Diem del verano, con los niños de oncología de Valdecilla, quiero compartir este poema que escribí a uno de ellos cuando tenía 6 años, imaginándome cómo sería si llegase a los 17. Pues ya está, ha llegado y muchas de las cosas que imaginaba han sucedido. Quiero que sea un mensaje de esperanza, sobre todo para los que se incorporan por primera vez a la actividad de vela este año.
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ESTARE CUANDO CUMPLAS DIECISIETE...

Estaré cuando cumplas diecisiete;
yo seguiré en mi barco al ralentí
cuando no quieras ya ser mi grumete
para la vela, el ancla, el paipo-esquí...
y te hayas olvidado del sainete
en que te conocí.

Estaré cuando toda esta refriega
sea como un mal sueño que se fue,
y sólo te recete algún colega
la crema y las toallitas del acné;
cuando olvides el suero, la enfermera,
el dolor que te hizo hombre tan temprano,
el brillo de tu calva cabellera...
y hasta cómo disfrutabas en verano
desde mi delfinera.

Estaré junto a ti
cuando en lugar de la ciclosporina,
la gasa, el algodón, el bisturí...
necesites el peine, la gomina,
la espuma de afeitar y la Gillette,
cuando en vez de en la ola y la neblina
prefieras navegar en Internet.

Y estaré a tu lado
cuando una muchacha sonriente
(quizás no sepa por lo que has pasado)
inesperadamente
te traiga todo lo que te han robado.

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Y aquí el dibupoema (se empieza a leer en la manga derecha):