Visitas al blog:

lunes, 27 de agosto de 2012

Se nos olvidaba valorar el barco...

En efecto, al principio del viaje decíamos que al terminarlo os diríamos si un barco como el Tonic 23 es adecuado para un viaje de este tipo. La conclusión es sin duda que SI, pero aquí van algunos detalles:

A favor de un barco pequeño:

  • Plazas de puerto: siempre hay. Los barcos grandes, en los sitios muy concurridos, a menudo no encuentran amarre libre.
  •  Economía, tanto en el consumo de combustible como en las marinas, que cobran por eslora.
  • Facilidad para que te dejen amarrar provisionalmente en cualquier sitio para hacer unos recados en tierra, aunque no vayas a quedarte a pernoctar. No tener zodiac incluso lo facilita: ¡cómo van a decirte que no te amarres en un rincón para ir a por víveres o combustible!.
  • Acceso a sitios imposibles. Un barco pequeño, y sobre todo de orza abatible, llega a sitios inverosímiles. Hemos estado en calas y esquinas de puertos donde se tocaba el fondo con el bichero, y en puertos que en bajamar casi se secan. El mismo Canal de Midi, que en teoría está dragado a 1,5 metros, lo está en la mitad del canal, pero en las orillas a menudo hay 30-40 cm de agua. Un barco grande no podría haber amarrado en los sitios paradisíacos del canal donde hemos estado nosotros.
  • Posibilidad de, en caso de incidente grave, regresar por carretera. Era nuestro "Plan B" si hubiéramos tenido un problema técnico grave, un accidente, o un problema legal con los permisos del Canal de Midi: subir el barco en un camión o en un remolque y traerlo a casa por carretera.
  • Motor fueraborda: aunque el Selva, que estaba recién estrenado, no ha fallado, las reparaciones de un fueraborda son más sencillas, se puede trasladar al taller de cualquier pueblo cercano, y en el peor de los casos es fácil de sustituir.
  • Facilidad en el mantenimiento: la navegación a vela exige ser autosuficiente y conocer bien tu barco. En 3 meses hemos hecho 40 "chapuzas" o bricolajes en las velas, el motor, la jarcia o el casco. En un barco grande se multiplican los problemas electrónicos, y las reparaciones mecánicas y de la jarcia se complican por las enormes proporciones de los elementos que hay que reparar y las fuerzas que aguantan.
Pequeños inconvenientes:

  • Menos comodidades. La vida en un barco pequeño es como en una tienda de campaña, se resienten las comodidades y la intimidad. Hay que resignarse a ducharse en la bañera o bañarse en el mar,  a la estrechez de la cabina, la limitación del espacio de estiba, etc. A pesar de ello, y tal vez porque nos conocemos de antiguo, hemos estado casi la mitad del viaje 4 ó 3 personas a bordo sin problemas.
  • Afrontar la meteorología adversa. Lógicamente las grandes olas o los fuertes vientos se llevan peor. Pero se compensa con una buena planificación y evitando los días peores. Ello exige un viaje sin prisas y una información meteorológica precisa. 
  • En el caso del Tonic 23, ya conocíamos su tendencia a derivar hacia babor en marcha atrás, debido a la posición lateral del fueraborda. Nos ha dado problemillas en el Canal de Midi cuando una esclusa estaba ocupada y había que mantenerse parado en el sitio mientras se desocupaba, dando la popa a la corriente del canal.
Mi conclusión es que tengo Tonic 23 para rato.

Saludos.

viernes, 24 de agosto de 2012

A modo de balance.

Después de reposar unas horas de la vuelta a España, hemos encontrado un momento para hacer balance de lo que ha sido esta navegación:

Tiempo empleado: 93 días (22 de mayo a 22 de agosto).
Millas navegadas: 2.516 (4.528 Km.). Aquí veis el resumen que nos ha sacado Carlos, del "Irimi":


Pernoctaciones en marinas: 35 (37% de los días).
Coste por persona y mes (incluyendo todo: comida, gasolina, marinas, arbolar y desarbolar, permiso del Canal de Midi, etc): 381 €.
Coste de las marinas: de 6 a 27 €/noche, media 15 €/noche, para un barco de 6 metros.
Consumo de gasolina: 341 litros. Esto supone que se ha utilizado el motor sólo o en combinación con las velas la cuarta parte del recorrido, lo que incluye el Canal de Midi que no se puede hacer a vela. Si sólo contamos las millas de navegación en el mar, el motor lo hemos usado, solo o en combinación con las velas,  el 10 % del recorrido.
Nº de operaciones de bricolaje, reparaciones y mantenimiento: 40 operaciones.
Kilos que hemos perdido: 17 (entre los dos).
Peces capturados: 0.
Desde el punto de vista de naturaleza y paisajístico, lo que más nos ha gustado ha sido:
  • La isla de Sálvora en Galicia.
  • Las Islas Berlengas en Portugal.
  • El río Guadiana.
  • La isla de Tabarca en la Comunidad Valenciana.
  • El Canal de Midi.
Y lo que menos:
  • Los pueblos masificados de la Costa del Sol.
Y en el aspecto humano, lo mejor ha sido:
  • La solidaridad de algunos navegantes, como Jorge Aguirre en Navia, que nos han apoyado en las dificultades.
  • La generosa acogida de Silvia, Jorge, Víctor y Pilar en la semana que pasamos en Vigo, y de Amanda y Antonio en Sevilla.
  • Conocer a los dos únicos habitantes de Sálvora: Pepe el torrero y Roberto el guarda.
  • Conocer a la pareja británica instalada en Nazaré: Michael y Sally.
  • La amabilidad de la familia Cassaigne, que nos recibió en su peniche en el Canal de Midi.
  • La buena acogida de los clubes náuticos de Águilas y Los Nietos en Murcia.
Y lo peor ha sido:
  • Los guardamuelles de la Junta de Andalucía.
  • La ignorancia del presidente del club nático de Sanlúcar de Barrameda en el momento más difícil del viaje: las dificultades en la salida del Guadalquivir (ver entrada del 30 de junio).
  • Las dificultades para encontrar locales con Wifi en Portugal y Francia, para actualizar este blog.
El momento más apurado en la navegación fue la salida del río Guadalquivir hacia Chipiona (ver entrada del día 30 de junio).

Las anécdotas más graciosas:

  • En una zona de tiro del ejército, frente a Andalucía, un buque de guerra se dirige a un pesquero por la radio avisándole de que está en zona de tiro y tiene que retirarse urgentemente. ¿Y qué le contesta el pesquero?: "Aquí, (nombre del pesquero) dirigiéndose a la patrullera, "¿cómo ha disho, patrullera oshenta y tré o patrullera siento oshenta y tré?" y hasta que no le aclaró el número de la patrullera, no se retiró.
  • En otra zona de tiro se reproduce una situación similar, y el pesquero contesta que tiene la red echada y que se está alejando a la máxima velocidad que puede, que no llegaba a 3 nudos. Al sector pesquero no se le intimida fácilmente.
  • En Nazaré íbamos con nuestra bici y la que nos prestó Sally, que era otra reliquia similar, y nos cruzamos con un grupo de españoles. Hablando con ellos les comentamos que estábamos dando la vuelta a España y nos miran asombrados y dicen: "¡¿con esas bicis?!".
  • En Plenzia nos confundieron con náufragos.

¡Hasta la próxima aventura, navegantes, y gracias a los que nos habéis seguido y apoyado!.

Lo conseguimos.


El miércoles 22, a los 3 meses justos de la salida, salimos de Plenzia a las 8 de la mañana para aprovechar la pleamar, y tal como estaba previsto, hicimos un trayecto en línea recta hasta el cabo de Ajo. Como se había anunciado, hubo un viento del nordeste que curiosamente no era la brisa térmica habitual del Cantábrico, puesto que había empezado de madrugada. Pero nos permitió navegar con el espinaker y la vela mayor a rumbo directo, con lo cual llegamos a Santander 3 horas antes de lo previsto. Afortunadamente, había salido a esperarnos Carlos con su barco "Irimi", que tiene ducha en la bañera y nos permitió adecentarnos antes de los abrazos. Aquí véis una foto del Corto Maltés a la altura de la isla de Mouro, la emblemática entrada de la bahía de Santander, y al fondo el Palacio de la Magdalena:

A la hora anunciada entramos en Puerto Chico, donde nos esperaban familiares y amigos:


Aunque parecía tan difícil, al final lo conseguimos:



martes, 21 de agosto de 2012

El vino aguado de Plenzia.

Hola navegantes.

En Guetaria se nos presentó en el barco Iñigo, el afortunado propietario de un Tonic 23 como el nuestro, con puerto base en Orio. Después de desayunar con él e intercambiar trucos y consejos en una agradable charla,  y regalarnos una botella de Txacolí para descorchar mañana en Santander, salimos a las 9 rumbo a Plenzia.

El anteúltimo día ha sido un poco pesado por la falta de viento o tenerle de proa.  Este tramo de costa tiene algunas curiosidades, como la "Plataforma Gaviota", la única plataforma de extracción en la costa del Cantábrico. Extrae gas y tiene un perímetro en torno suyo en el que está prohibido navegar. Si te metes te avisan por radio de que debes alejarte:


Otra es la central nuclear de Lemoniz, que como recordaréis no llegó a entrar en servicio. Está a pocos kilómetros de Bilbao y de la reserva de Urdibai, en la ría de Guernica. El edificio se ha quedado como estaba y su estado actual es ruinoso y fantasmagórico, valdría para grabar una peli de miedo.


Hemos conocido a un navegante francés que se creía que era el edificio de los prácticos de Bilbao.

Y finalmente, ¿qué diréis que señala esta boya, situada en la entrada de la ría de Plenzia?:


¡Una vinoteca sumergida!. Es experimental y están intentando que el vino mantenga siempre la misma temperatura y comprobar si el meneito de las olas le hace más sabroso. En el fondo del mar hay un depósito con el vino. Si nos enteramos del resultado de este experimento os lo contaremos mañana.

El puerto de Plenzia, justo tras pasar el cabo Villano, es una escala ideal camino de Santander, pues te evita entrar en el golfo de Bilbao y llegar hasta las marinas de esta ciudad. Luego coges una linea recta hasta el Cabo de Ajo evitando la curva del superpuerto de Bilbao, Castro Urdiales y Santoña. Lo malo es que sólo sirve para barcos de poco calado como el nuestro, dentro del puerto hay poco más de un metro de agua en bajamar.


Qué pinta tendremos que un chico que nos saludó nada más desembarcar nos dijo que si éramos naúfragos.

Mañana saldremos a las 8 con la pleamar, y esperamos llegar a Puerto Chico (poco más de 40 millas) entre las 18 y 19 horas.

lunes, 20 de agosto de 2012

Nos acercamos a la meta.

Hoy salimos de Capbreton temprano (a las 7) para aprovechar la pleamar y no llevarnos sustos con las corrientes de marea. Ha sido una navegación muy sosa, sin viento y todo el día a motor, sin olas, de las que se aprovechan para algún bricolaje a bordo. Aunque íbamos a recalar en Pasajes, teníamos hora prevista de llegada antes de las 15 h. y decidimos aprovechar un poco más el día y llegar a:


En efecto, a la inconfundible silueta del ratón de Guetaria.  Suponemos que también han influido las ganas que tenemos de llegar a casa.

Hoy hemos tirado a la basura “el limón”. Llevaba a bordo desde el primer día de la vuelta a España, para aderezar el primer pescado que cogiéramos. A pesar del buen aparejo que nos hizo Dimas, no ha sido posible y no nos hemos estrenado.
 


Mañana intentaremos llegar a Plenzia, y si es así lo más probable es que lleguemos a Santander el miércoles 22 por la tarde, con lo que la vuelta a España habrá durado 3 meses justos. La hora exacta la podréis calcular siguiéndonos en el localizador.

Por si acaso mañana y pasado mañana no hacemos el blog, os adelantamos que en los días siguientes publicaremos una entrada con las estadísticas del viaje y un pequeño balance: cuántos días hemos entrado en marinas y cuántos no, cuántos litros de gasolina y cuántas horas de motor, cuántos puertos hemos visitado, cuántos bricolajes hemos resuelto en los 3 meses,  lo que más nos ha gustado y lo que menos, etc.

domingo, 19 de agosto de 2012

Noche blanca en Las Landas.

Al final volvió la ley de Murphy y no pudimos entrar en Arcachon. Es una bahía con corrientes de marea impresionantes a la que  sólo se puede entrar cerca de la pleamar y de dìa. Las boyas y balizas no estan iluminadas precisamente para que nadie se arriesgue a entrar de noche. Teníamos que llegar antes de las 20 horas, pero faltó el viento y no llegamos hasta pasadas las 22 h, o sea que no nos quedó más remedio que seguir hasta Capbreton, la etapa prevista para hoy, y navegar de noche. Ha sido muy cansado por ser muy largo [128 millas] y obligarnos a hacer guardias durmiendo poco y mal. Pero nos dió imagenes como esta:


Hemos llegado a Capbreton despues de comer, retrasando la marcha para llegar con la marea subiendo. Tiene una entrada peligrosa si no la conoces, parecida a la de Suances. Es entre dos espigones en los que rompen las olas, con un calado de sólo 1,5 metros, una corriente de marea impresionante y la salida del agua de dos ríos y un lago, el lago Hossegor, que desagua en el puerto a través de un canal:


Hay que entrar a toda velocidad para que no te adelanten las olas, y al llegar al puerto girar de golpe 90 grados a estribor, y enseguida dentro del puerto está la prohibición de 3 nudos. Pero los barcos no tienen frenos, es una tarea casi imposible. En la curva los barcos parece que derrapan. La corriente es tan fuerte que en el puente del canal del lago Hossegor los chicos echan un cabo al agua que pasa por debajo y hacen paipoesqui sobre la corriente sin moverse del sitio:


En la foto se ve el puente mencionado y a la derecha la entrada al puerto.

Capbreton es un pueblo muy turístico, y el lago Hossegor se utiliza para todos los deportes náuticos y tiene una playa artificial.

Aquí en Francia tambien hay joyas del pantalán como estas, que parece que se han contagiado los hongos de la cubierta:



Manana volveremos a entrar en el reino, posiblemente lleguemos a Pasajes o un puerto cercano, y volverá a funcionar el localizador o sea que podréis tenernos localizados en tiempo real.

PERDONAD LAS FALTAS DEL TEXTO PERO ESTAMOS USANDO EL ORDENADOR DE LA CAPITANIA Y EL TECLADO FRANCES ES DIFERENTE.

viernes, 17 de agosto de 2012

Boyas que navegan.-

En una entrada anterior, de cuando estábamos por Gibraltar, os dijimos que había barcos que parecen islas. Pues ahora hemos visto una isla que desde lejos parecía un barco, concretamente un submarino varado. Está enfrente de Pauillac, en mitad del río Garona:


Hoy hemos salido temprano para aprovechar la pleamar en Pauillac y no pasar el susto de ayer en la entrada, ir con la ayuda de la marea, y llegar a Port Médoc antes de que empezase a subir y tenerla en contra.  Pero este intervalo no son 6 horas sino 3, porque la distancia entre ambos puertos (unas 30 millas) genera una diferencia de varias horas en los picos de la marea. A motor (ya que no había viento, no pudimos estrenar la vela) y sin forzar hemos hecho las 30 millas en 4 horas, es decir una media de más de 7 nudos. Cuando cruzamos una boya parece que está ella navegando:


Al mediodía llegamos a Port Médoc, el último puerto en el estuario del Garona. Nos sorprendió volver a ver el agua azul, después de un mes de verla marrón (o peor) en los canales y en el Garona. Es un puerto moderno (tiene wifi en los pantalanes, desde donde estamos haciendo hoy el blog) pero está alejado de cualquier pueblo o ciudad y no hay ni un supermercado. Hemos aprovechado para instalar las velas y algún bricolaje. Hemos descubierto que la pieza de anclaje del estay de proa tiene una grieta. Es posible que lleve así años, pero el desarbolar ha servido para descubrirlo. Hemos cambiado el anclaje del estay a otro punto de la misma pieza con un grillete grueso y esperamos que aguante. Además pondremos un cabo de kevlar para mayor seguridad:


Mañana y pasado tenemos dos etapas duras, de más de 60 millas cada una. Las Landas es una costa lineal y sin puertos intermedios, y el mar es una zona de entrenamiento de tiro del ejército francés. Sólo es seguro navegar por una zona de 3 millas paralela a la orilla. Por suerte esta zona es la que tiene una contracorriente hacia el Sur, como contraste con la corriente general de esa zona del Golfo de Vizcaya que es hacia el Norte. Además los puertos que tenemos previstos (Arcachon y Capbreton) a veces no son accesibles porque hay que entrar en unas horas determinadas de marea y sin oleaje. Por eso no descartamos saltarnos algún puerto y seguir de noche.

jueves, 16 de agosto de 2012

¡Vuelvo a ser el que era!




Hoy estamos en Pauillac, donde hemos vuelto a arbolar el barco. Lo hemos hecho con una gruita pequeña que podéis ver al fondo de esta foto (lo que se ve en primer plano es la boya roja de babor que tiene la forma nada menos que de botella de vino de Pauillac, una denominación muy famosa en esta comarca):


El de la grúa se ha limitado a levantar el palo, el trabajo lo hemos hecho nosotros en 10 minutos. Vamos cogiendo práctica. Nos queda el ajuste fino de la jarcia y envergar las velas, que haremos más tarde. Nos hemos dado prisa en venir a la oficina de turismo, porque tiene wifi gratis, nos han dado una botella de vino como la de la foto (pero un poco más pequeña) como regalo, y además hay una degustación de vinos de esta región a la que vamos a asistir en cuanto terminemos.

La navegación de Burdeos a Pauillac ha sido muy interesante. En primer lugar, nada más salir de Burdeos, hemos atravesado las obras del nuevo puente que están construyendo. Va a ser levadizo pero distinto de los que conocemos. El tramo central se va a elevar por ambos extremos como un ascensor.


Lo raro es que lo van a abrir sólo 60 veces al año (una a la semana), lo que nos parece muy poco. ¿Será que la navegación no da para más?.

Todo el viaje ha sido con una corriente a favor de 5 nudos, por la marea vaciante. De hecho hemos tenido que ir "frenando" para no llegar a Pauillac a media marea, porque la entrada al puerto es perpendicular al río y la corriente de lado dificulta la entrada. Pero frenamos demasiado y llegamos en plena bajamar, con poca altura de agua, con lo que la entrada fué de infarto: había que ir derecho a la playa a dos metros del muro del espigón, y en el último momento girar 180 grados a estribor. Eso con la orza subida es una lotería, porque el barco respode como quiere. Además dentro del puerto sigue habiendo corriente, porque los espigones no son completamente cerrados y dejan pasar una parte de la fuerza de la marea.

Por el camino nos cruzamos con un mercante cargado con piezas del Airbus, que se construye en Burdeos:


También con un velero despistado al  que desde lejos vimos que navegaba fuera de la canal. Naturalmente acabó varando y allí se quedó incrédulo a esperar las 12 horas reglamentarias, hasta que vuelva a subir la marea.

Y finalmente desde lejos vimos algo parecido a un submarino varado. Al acercarnos resultó ser una isla con esa forma, os la enseñaremos mañana.

Hoy se han ido las chicas a Santander. Ya las echamos de menos, pero esta vez esperamos que la separación sea corta. Mañana iremos a Port Medoc, en la salida del estuario de la Gironde, y pasado mañana iniciamos el descenso a España.

martes, 14 de agosto de 2012

¡Cómo tira el puré de lentejas!

Hola amigas y amigos, hoy vamos a contaros el descenso del río Garona hasta Burdeos y nuestra estancia en esta ciudad. Salimos muy temprano para aprovechar la corriente de marea y poder hacer los más de 50 km. que nos separaban de Bourdeaux en pocas horas. Con el motor a no demasiada potencia bajamos a 8-9 nudos. Al principio el agua estaba limpia, pero a medida que descendíamos se fue transformado en un lodazal que parecía puré de lentejas:


Era tan espesa, que todo el camino íbamos viendo en el agua la sombra de nuesro propio barco:


Lo de "todo el camino" es un decir, porque casi todo el tiempo navegamos con una niebla espesa que nos obligó a ir tocando la bocina de niebla,  confirmando la posición en el Plotter y siguiendo la línea en la mitad del río que nos indicaba.

El río Garona está poco urbanizado hasta pocos metros antes de Boudeaux y es de una gran belleza natural. Ambas orillas tienen vegetación muy frondosa y no se puede atracar debido a la gran corriente de marea, por lo que están muy  respetadas. Sin embargo están llenas de casitas de maderas hechas sobre pilares que se utilizan para pescar angulas por la noche:


En esta foto se ve el típico "mar de humos" que de vez en cuando se espesaba más y se convertía en niebla. Algunas de estas casitas dan la impresión de que  no se utilizan para pescar, sino como chalecito:


En las orillas del río hay algunos barcos amarrados en zonas excavadas para protegerles de la marea. Normalmente son canalones perpendiculares al río, pero fijaos alguno qué difícil hace lo que tendría que ser  fácil:


A media mañana llegamos a Bourdeaux, una ciudad preciosa declarada en 2007 patrimonio de la humanidad y últimamente muy restaurada. Es la segunda ciudad más visitada de Francia después de París. Pasamos bajo el famoso puente de piedra, que tiene 17 arcos correspondientes a las 17 letras de "Napoleón Bonaparte". Estos arcos estrechan mucho el río y la corriente por sus ojos es impresionante. Nos quedamos en el "pantalán de honor", justo detrás de este puente:


Aunque el Corto Maltés nunca había estado en un pantalán de honor, este nombre induce a engaño. Es el único pantalán de espera que hay en el río, por otra parte, poco dotado de instalaciones náuticas dado lo difícil que es navegar con tanta corriente de marea. Nuestra idea era haber entrado a los muelles a flote para levantar el palo allí. Son dos muelles protegidos por esclusas, pero nos encontramos que también aquí el calor dilata el mecanismo de las puertas y no pueden funcionar de día, o sea, que sólo es posible entrar en las pleamares nocturnas. Además están muy lejos del centro. Por eso hemos decidido quedarnos en el pantalán de honor los 3 días que vamos a permanecer en Bourdeaux, y poner el palo en Pauillac, un poco más al norte. Iremos allí el jueves 16.

Bourdeaux es una ciudad plana y muy peatonal, ideal para circular en bici. Este es uno de los inventos que no tendría que tardar en llegar a España: junto a los aparcamientos de bici hay un inflador de utilización libre:


Ahora fijaos qué calle más curiosa, le han dado el nombre de "calle de Dios", a un callejón sin salida


Y para terminar, da la casualidad de que a 50 m. de donde estamos atracados vive una familia de ragondins, o coipos, con sus crías y todo, a los que la gente da de comer. Os enseñamos su imagen para sondear vuestra opinión y hacer una encuesta para ver qué os parecen:


domingo, 12 de agosto de 2012

Otra vez en el mar.

Volviendo a Nerac, lo único que no nos ha gustado es que en los folletos turísticos trucan las fotos con el Fotoshop, y ponen el agua azul donde en realidad es verde o marrón. En varios sitios del canal y del río hemos encontrado algo desconocido en España, poo lo menos para nosotros:


























Es un sitio especialmente preparado y reservado para que pesquen los que van en silla de ruedas, con una barandilla para que no se caigan al agua.

Hoy hemos salido por fin al río Garona, con lo cual hemos terminado nuestra travesía por el canal. Han sido 174 esclusas y casi 500 Km. En otra entrada del blog nos preguntábamos qué había sido de la vela bohemia. Pues parece que está muriendo por sí misma; en todo el canal sólo nos hemos cruzado con cuatro veleros haciendo un tránsito como nosotros para pasar de un mar a otro. Y lo que sí hemos encontrado son muchos veleros "apalancados" en distintas marinas o recodos del río con aspecto abandonado. ¿Qúe historias ocultarán? Aquí véis uno de ellos:

  
Como os decíamos, hoy hemos bajado la última esclusa en Castets-en-Dorthe, y ya estamos en las aguas del estuario del río Garona, que nos llevarán mañana a Bourdeaux. Ha sido la esclusa más alta de todas, con 7 m. de desnivel:


Para llegar a Bourdeaux nos faltan más de 50 Km., pero como se hacen a favor de la marea, se recorren en 3 horas y media. Hoy no teníamos el cuerpo para seguir navegando tanto tiempo, y se hacía de noche,  y hemos decidido dejarlo para mañana. En el río hay un pantalán de espera donde vamos a pasar la noche y nos hemos encontrado la sorpresa de que no podemos bajar a tierra. Resulta que les han robado la pasarela que une el pantalán con las escaleras de tierra y todavía no la han repuesto:


Hoy hemos pasado por cuarta vez en este viaje el meridiano de Greenwich, en esta ocasión de este a oeste. Estamos más al norte de Santander, y ya empezamos a notar el frío por la noche.

Mañana en Bourdeaux organizaremos la instalación del palo del barco. Hay varias marinas, pero la que nos han recomendado está detrás de dos esclusas que tienen un horario de apertura determinado (sólo en pleamar). Hemos llamado por teléfono y resulta que estos días que al mediodía hace mucho calor y la marea coincide alrededor de las 13 horas, el calor dilata las estructuras móviles de la esclusa y no funciona. Nos han dado cita para pasar la esclusa en la marea del martes a las 5 de la madrugada ¡vaya madrugón!. Estamos pendientes de hacer gestiones en otra marina que está en la misma orilla del río (sin esclusas) y ya os contaremos mañana como termina el novelón.

Hoy queríamos contaros algo de los escluseros. Son unos empleados de las Vias Navegables de Francia que se encargan de mantener el canal en buen estado, y en los meses de más turismo, de manejar las esclusas que no son automáticas, y resolver los eventuales atascos (como los empleados de los ascensores). En cada esclusa hay una vivienda que pueden utilizar. No todos la utilizan, por eso alguna está abandonada o alquilada como bar u otro uso relacionado con la promoción del canal. Las que sí están habitadas, están decoradas según el gusto de esclusero, a veces con piscinas y juegos infantiles para sus hijos, otras veces con muchas flores, excepcionalmente con obras de arte, como la que ya os enseñamos de los autómatas, otras veces las utilizan músicos para amenizar el paso de la esclusa y pedir una propina, etc. 


Los escluseros más veteranos suelen cogerse las vacaciones en verano y por eso en nuestro paso por el canal, la mayoría de los que hemos visto eran jovencísimos, porque están haciendo la suplencia de verano. Todos han sido super amables con nosotros (menos uno que ya os contamos). Nos han dicho que como el canal tiene cada vez menos tráfico por la crisis económica, se temen un recorte de personal, y por eso apuntan religiosamente el nombre de todos los barcos que pasan por su esclusa. Como en invierno hacen labores de mantenimiento que les obligan a trabajar dentro del agua, les vacunan contra una enfermedad (la leptospirosis) que transmiten los coipos que viven en el canal.

viernes, 10 de agosto de 2012

El Amazonas en Francia.

Hola chicas y chicos, aquí seguimos pasando esclusas (ya llevamos 154), y descubriendo nuevas formas de pasarlas. Hoy nos han dado una tarjeta magnética con la que ponemos en marcha el mecanismo automático:






En el canal no todo es naturaleza. Ayer fijaos lo que nos encontramos detrás de una curva:


¡Una central nuclear a 200 m. del canal!. Luis incluso se acercó con la bici a ver los reactores. Pero también pasamos por un pueblo llamado Valence d`Agen que tiene montado un escenario cerca de la orilla  para escenificar la historia del canal. Lo hacen todos los años en agosto y participan casi 500 actores. Este es el decorado de cartón piedra que utilizan:





Esta mañana salimos de Agen y pasamos por otro acueducto navegando por encima de un río y de una carretera:




Después de comer llegamos a Buzet-Sur-Baïsse, un pueblo donde una esclusas permiten abandonar el canal y acceder a dos ríos: el Lot y el Baisse. Como ya os dijimos que íbamos bien de tiempo, decidimos hacer una excursión por el rio Baisse, que le llaman el río encantado. Esta excusión sólo puede hacerse con barcos de orza abatible porque el fondo no está tan garantizado como en el canal y puede haber obstáculos imprevistos. Es un río absolutamente frondoso, y los árboles de una orilla en muchos sitios se tocan con los de la otra:


Se parece al Amazonas de los reportajes. Este río hace muchos recodos y entre otras cosas pasa por debajo del acueducto por el que habíamos navegado a primera hora de la mañana, o sea que en el mismo día hemos navegado por encima y por debajo del mismo:


También podéis ver alguna de las señalizaciones de canal: la señal  sobre el arco izquierdo indica que no se puede pasar, y el rombo amarillo sobre el arco derecho indica el paso obligatorio en ambas direcciones.

Las esclusas en el río tienen alguna peculiaridad. Vas navegando tranquilamente y de repente te encuentras un salto de agua que sería imposible pasar hasta con una piragua de rodeo. Entonces, en paralelo hay un canal que te lleva a la esclusa:


Nos ha vuelto a tocar pasar esclusas hacia arriba y hemos vuelto a sentir la fuerza del agua y algún susto al no poder sujetar el barco.

Al final de la tarde hemos llegado al pueblo de Nerac. Es un pueblo medieval con castillo, puente, iglesias, etc. y un puerto que dicen es la meca del turismo fluvial de Francia, uno de los más bonitos:


miércoles, 8 de agosto de 2012

Murphy va y viene.

Hola navegantes, en la navegación, como en todo, hay dias buenos y días malos. Ayer, al volver de Montauban, tuvimos la suerte de que un coche de las Voies Navigables de France (VNF), nos vío al iniciar el recorrido y tuvo el detalle de ir por la pista que rodea el canal abriendo todas las esclusas antes de que llegáramos. Tardamos mucho menos que a la ida. Pero hoy, al salir de Montech se nos adelantó una gabarra por pocos minutos, de las que navegan a 2 nudos, y además tripulada por un sólo navegante, (en teoría no está permitido), lo que enlentece muchísimo los trayectos y las esclusas.  Aunque la hubiéramos podido adelantar, como era un barco de tráfico comercial, tiene preferencia en las esclusas y de igual forma hubiera pasado antes. A media mañana estábamos tan hartos de su paso de tortuga que decidimos pararnos a comer a las 12,30 con tal de que se alejara y poder seguir a nuestro aire.

A primera hora de la tarde llegamos a Moissac. Un poco antes está el famoso Pont Canal, un enorme acueducto sobre el río Tarn. Los barcos del canal navegamos más de cincuenta metros por encima del río:



Moissac es un pueblo famoso por ser paso del Camino de Santiago, estar construído alrededor de una abadía benedictina con un claustro románico (el único del mundo), y estar construído casi todo con ladrillo rosa, incluído su puerto.

Al final del pueblo hay un puente rodante que también es famoso. En lugar de abrirse hacia arriba, rueda y se abre lateralmente, dejando pasar a los barcos por el canal:



Tiene un semáforo como el de las esclusas y lo maneja un esclusero (hoy en concreto, una esclusera).

En esta zona de Francia se habla un lenguaje llamado Occitano, que se parece mucho al catalán. Los nombres de las calles figuran en ambos idiomas:

pero hoy la sorpresa  ha sido  ver que en algunos pueblos no es el mismo nombre traducido, sino que la calle tiene un nombre diferente en Occitano:


Mañana o pasado mañana llegaremos  a Buzet-Sur-Baïse, pueblo en el que el canal tiene esclusas que permiten descender a dos ríos. Como vamos bien de tiempo, tal vez hagamos alguna excursión fluvial por alguno de ellos.