A punto de salir para intentar dar la vuelta a España escribí esto en otro foro náutico, cuando todo eran incógnitas e incertidumbres:
"Hola chicos, soy el del Tonic 23. Os agradezco todas vuestras palabras de ánimo, y espero conoceros a alguno en las escalas.
Quiero ser realista y comentaros que estas decisiones también tienen una parte negativa. En el trabajo hacemos una pausa larga, uno con permiso sin sueldo y posibilidad de encontrarlo todo liado a su vuelta pues no le ponen sustituto, y otro dejando su negocio en otras manos. En cualquier caso una merma de ingresos considerable.
Después está el tema familiar, una larga ausencia que será en parte compensada porque las chicas vendrán a vernos en las etapas más apetecibles. Y además, como decía un autor francés, "la ausencia disminuye las pasiones mediocres y aumenta las grandes, como el viento apaga las velas y aviva los fuegos". A la vuelta nos desquitaremos.
Y por último la posibilidad de que un imprevisto dé al traste con los planes, y seamos la comidilla de toda la comunidad navegante.
Asumimos los riesgos por intentar realizar un sueño, y aquí viene a cuento ese proverbio japonés que dice que es mejor viajar lleno de esperanza que llegar. Lo importante es intentarlo y disfrutar de lo que hagamos, sea cual sea el desenlace".
Es curioso verlo ahora escrito con la perspectiva del tiempo transcurrido. Lo volvería a intentar con los ojos cerrados, porque lo bonito ha sido haberlo intentado, no haberlo conseguido.
Alvaro.