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jueves, 26 de marzo de 2020

Dibupoema "A todas mis montañas" (este también es mío).

Hoy no me ha dado tiempo a hacer un dibupoema nuevo y pongo este del libro "La sonrisa de Mikel" (leer con la pantalla del móvil en horizontal porque son versos muy largos):

A TODAS MIS MONTAÑAS.

Una noche de insomnio me di una palmada en la frente
y comprendí que tenía que hacer un verso diferente,

con estrofas larguísimas como las cumbres de las cordilleras
que hay entre los pechos de una hermosa mujer y sus caderas,

y con un ritmo suave y cadencioso como el mar de fondo
que barre eternamente el Sur de nuestro jardín redondo.

Un verso ondulante a todas las montañas a las que he subido
y a las montañas de algunas mujeres con las que he dormido.

He subido a montañas peladas con bosques en la cumbre
y a colinas arboladas que tenían pelada la techumbre.

Frías montañas que no eran nada más que un montón de piedras,
o selvas montañosas de árboles estrangulados por líquenes y yedras.

He subido a cumbres puntiagudas donde reina la nieve
y a rampas imperceptibles donde sólo, sólo y sólo llueve.

He caminado por laderas en sombra donde olía a heno,
donde la felicidad me hacía olvidar mi espíritu sarraceno,

y he navegado por colinas saladas, con barba de nazareno,
penetrando la noche con mi vela y un farol de queroseno.

En medio de algunas montañas encontré increíbles lagunas
y en mitad de las olas del mar mágicas lunas,

pero donde descubrí las cosas más maravillosas y eternas
fue entre los pechos de una hermosa mujer y entre sus piernas.

Y cuando al final tuve que elegir entre tantas maravillas...
tantas montañas, tanto mar, y la mujer que me aflojaba las rodillas...

fui listo y me quedé con las cercanas, las que refleja el mar de mi bahía,
y con la mujer que alumbra la serena placidez del alma mía.


Y aquí el dibupoema:

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