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martes, 30 de abril de 2019

Lo hizo adrede.

Hola navegantes.

No todo en la vela son playas con cocoteros y mares apacibles. Como en todos los lugares hay gente malvada y hasta asesina, mafiosos que utilizan su velero por ejemplo para el tráfico de drogas o de personas, o como en este caso como una auténtica arma.

Ocurrió en abril de 2017. Quién sabe por qué lo hizo, pero un velero de acero embistió 9 veces a propósito a un velero de fibra que estaba fondeado, por babor, por estribor, por proa, por popa, embistiendo perpendicular al casco para hacerle más daño y con el ancla en la proa para destrozarlo más. Apuntó a los puntos débiles de la estructura, como el anclaje de los obenques, sabiendo perfectamente dónde dar para provocar más daños. Actuó en pleno día y con numerosos testigos, que pudieron hasta grabar en vídeo la agresión:

Pinchar aquí

Sabía que un velero de acero, y atacando de proa (la proa siempre está reforzada) saldría prácticamente indemne al chocar con otro de fibra. Y así fue, le dejó al otro destrozado, un navegante cuyo barco era su vivienda y que se quedó sin nada, porque los daños le dejaron incapacitado para navegar.






A los que intentaron protestar los amenazó con una pistola. En el juicio le cayeron 18 meses de cárcel. ¡Alucinante!. Espero no cruzarme con él.

viernes, 26 de abril de 2019

Asfaltaron la tumba de Moitessier.

Hola navegantes.

En la navegación a Bretaña en el Corto Maltés, en el verano de 2015, remontamos uno de los afluentes del río Auray para ir al pueblecito de Bono, donde está enterrado Bernard Moitessier.

Bernard había nacido en Indochina cuando era colonia francesa pero su última compañera, Véronique, le hizo descubrir el Sur de Bretaña, región de la que se quedó prendado y donde quiso que le enterraran. Bernard, que había recorrido todo el mundo, dijo en uno de sus libros: “Véronique me hace descubrir el Sur de Bretaña. ¡Señor, qué hermosa es esta región... un país de luz!”. Y en otro libro: “Todavía no he ido al Pacífico, al archipiélago de las Tuamotú... Ignoro por el momento sobre qué tierra dejaré un día mis huesos... Desde mi estancia en Santa Elena he soñado con esta isla tranquila, bella y buena, y en sus habitantes...”. Pues al final no dejó sus huesos en ninguno de los paraísos que imaginaba sino allí, en Bretaña.

Resultó que en Bono no había ningún monumento o calle dedicada a él, y Ana y yo sólo pudimos visitar su tumba en el cementerio. Sin ninguna referencia, pues estaba vacío de visitantes, fuimos recorriendo las tumbas una a una buscando su nombre. Había un mausoleo dedicado a las víctimas del mar, pero allí no aparecía. Después de mirar todas las lápidas y no encontrar la suya, algo nos llamó la atención en una esquina, una palmera con infinidad de cositas colgadas. Al acercarnos por un sendero empedrado comprendimos que aquél era el sitio. Junto al muro, al fondo del cementerio, una piedra en el suelo, colocada vertical, decía:

“Salud y fraternidad. Bernard Moitessier. 1925-1994”.

Nada más. Entre tanto mármol aquella tumba era el mejor homenaje posible a un personaje modesto como él. Se veía que esa tumba había sido un lugar de peregrinación de sus fans, que le habían ido dejando regalos modestos pero llenos de significado sentimental y relacionados con el mundo marítimo. Había allí, esparcidos por el suelo y colgados de la palmera, anclas, prismáticos, caracolas grabadas, una armónica, grilletes, cornamusas, puros y cigarrillos con su mechero (Bernard era un fumador empedernido y claro, murió de cáncer de pulmón), collares hechos de conchas, un farol de queroseno, poleas, recortes de fibra de vidrio de reparaciones hechas en veleros, tallas de madera, una botellita con agua del Cabo de Hornos, etc.:











   Un cristal con el canto roto y grabado a mano decía: "Ron, mujeres y cerveza, ¡en nombre de Dios!. Buenos vientos, Bernard, en el infinito. Roger Plisson y su hijo”. Un recuerdo emocionante, sobre todo si te imaginabas al padre y al hijo eligiendo el texto y grabándolo con una navaja en un cacho de cristal:


 Antes de marcharnos le dejamos de recuerdo una chapita con el logo de nuestro barco, el Corto Maltés, y del grupo de vela solidaria “Carpe Diem” de Santander. Pretendía ser un homenaje a un gran marino que vivió modestamente y que tras su muerte seguía haciendo gala de modestia, con esa humilde tumba en el suelo entre tanto panteón de mármol:


 


Yo no me considero un incondicional de Bernard. Es más, creo que hoy en día no se habría hecho tan famoso, se le habría considerado un poco irresponsable y candidato a pasar por el diván. Cuando iba a ganar la primera vuelta al mundo en solitario y ya tenía que remontar el Atlántico para volver a Europa, decidió que quería un modo de vida más tranquilo y volvió al Océano Índico, luego al Pacífico, y en resumen dio media vuelta más al mundo para irse a vivir a la Polinesia. Dijo que lo hacía "para salvar su alma". ¿Qué habría fumado?.

El caso es que con esa decisión no compartida rompió en la práctica con su familia. Su mujer, Françoise, se quedó en Francia y se enteró de que se había enrollado con una jovencita de Tahití, y tenido un hijo con ella, cuando le pidió que le mandase desde Francia pañales y otros artículos de bebé que no podía conseguir en Tahití. Los derechos de autor de su obra “El largo viaje”, en el que narra esa vuelta al mundo, se los donó al Papa “para ayudar a reconstruir el mundo”. Algo impresionante pues Bernard no tenía otra fuente de ingresos, pero que pasó totalmente desapercibido y de lo que luego se arrepintió. En 1982 naufragó en México su barco, el Joshua, con el que había dado la vuelta al mundo y vivido sus aventuras; pero el barco era además su vivienda y su única pertenencia, lo que equivalió a quedarse sin nada:

 
 Sus amigos y admiradores le costearon la construcción de otro barquito de acero, el Tamata, para que tuviera donde acabar sus días y escribir su último libro autobiográfico. Por cierto, el Joshua fue luego restaurado y coincidimos con él este verano en La Rochelle, al dar la vuelta a Francia en el Corto Maltés:





Bueno, pues volviendo a su tumba en el cementerio de Bono, hasta ahora era un enterramiento en el suelo, cubierto de yerba y al que se llegaba por un sendero empedrado. Un rincón bucólico y simple, a la sombra de la palmera y otros arbustos. Algo muy acorde con la mentalidad ecologista de Benard, que en Tahití luchó contra el hormigonado de los muelles que destrozaba los anteriores cubiertos de un manto vegetal, y que en los atolones de la Polinesia se batió por la autosuficiencia alimentaria plantando todo tipo de árboles en islitas que apenas tenían tierra, y tuvo que llevarla en sacos en su propio barco, el Joshua.

Esos senderos empedrados del cementerio dejaban crecer la yerba entre la piedras, y había que tratarlos periódicamente con herbicidas. Al ponerse en duda su riesgo para la salud (¡si ya están muertos!) las malas yerbas estaban proliferando, y la única solución que se le ha ocurrido al ayuntamiento es cubrir el cementerio con una capa de 8 cm de asfalto, que a partir de ahora servirá de pista de skate o para  carreras de patinetes eléctricos. Y el asfalto llega hasta pocos centímetros de la tumba de Benard. ¡Qué desastre!.


¡Con cuidado, navegantes!.

jueves, 25 de abril de 2019

martes, 23 de abril de 2019

Día del libro.

Hola navegantes.

¡Leer!. Qué extraña afición. Con motivo del Día del Libro, a los que me me pidan un libro hoy a mi correo (alvarogaledo@gmail.com) les regalaré otro.

Un saludo.



viernes, 19 de abril de 2019

Convocatoria reunión Carpe Diem 2019.

Hola navegantes.

La reunión de preparación de las navegaciones Carpe Diem de este verano será el sábado 4 de mayo en el Salón de Actos del Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander. Los tripulantes, médicos y enfermeras quedamos a las 17 h., y las familias a las 18 h. Es muy importante que acudáis todos porque después de ver las diapositivas de otros años, de allí surgirá el grupo de niños y voluntarios de este año.

Si conocéis personas interesadas en participar, tanto voluntarios como niños, decidles que acudan ese día a la reunión.

Un saludo y hasta pronto.


jueves, 18 de abril de 2019

¡Dibucarta de las 300.000 visitas!

Hola navegantes.

En aquel lejano marzo de 2012 empezamos este blog para contaros los preparativos de la vuelta a España, que íbamos a intentar Luis y yo en un Tonic 23. ¡Anda que no ha llovido desde entonces y que no hemos hecho millas con el Corto Maltés!. Todo lo hemos contado en estas páginas, que ya han recibido 300.000 visitas (es ese marcador que aparece arriba a la izquierda del blog). Para celebrarlo con vosotros, que nos seguís, he hecho esta dibucarta que regalaré a quien la traduzca y primero la copie en los "comentarios".


¡Con cuidado, navegantes!.

miércoles, 17 de abril de 2019

En un mar de vacas.

Hola navegantes.

A veces la navegación con veleros capaces de varar en el fondo depara sorpresas inesperadas. Como esta: amanecer rodeado de vacas.




 Es en las Islas Hébridas, de Escocia, en una cala arenosa donde los veleros de orza abatible pueden varar y pasar la noche tranquilamente hasta que vuelva la marea. Concretamente la Isla Eigg, de sólo 30 km2, habitada por 60 personas que han conseguido hacer a su isla completamente eficiente desde el punto de vista energético mediante energías renovables.

Al volver de hacer las compras la chica se encontró el espectáculo. Avisó a su pareja, que se había quedado en el interior sin enterarse de nada. A posteriori comentó que había sentido ruidos raros, como de roce, en la cadena de fondeo, seguramente alguna vaca que la había aprovechado para rascarse. Para apartarlas tuvieron que hacer sonar la bocina de niebla. ¡Menuda escena!.




¡Con cuidado, navegantes!.


sábado, 13 de abril de 2019

Llegó el velano (dibucarta del chino).

Hola grumetillos. Para inaugurar nuestro verano e iros ilusionando con las navegaciones del buen tiempo, aquí va la primera dibucarta del verano. Por ser la primera, el que la acierte se gana dos puntos, y como siempre el dibujo original. ¡Animo que es fácil!. Aquí está:




viernes, 12 de abril de 2019

Calentamiento.

Hola navegantes.

Lo que parecía una profecía exagerada de los ecologistas ya ha llegado. Según la Organización Meteorológica  Mundial el año 2018 ha tenido una temperatura media 1ºC superior al promedio de los años 1850-1900 y 0,79 ºC superior al promedio del siglo XX. Los años 2015 a 2018 han sido los más calientes desde que se efectúan mediciones fiables (año 1850). Se pronostica una subida del nivel del mar de 80 cm para el año 2100.

En la Antártida, la NASA ha detectado una cavidad de 10 km de largo, 4 km de ancho y 300 metros de altura bajo el glaciar Thwaites, que si se fundiera y se fracturara, quedando a flote, subiría él solo el nivel de agua del océano 65 cm.

Algunos países del Pacífico, especialmente islas coralinas como las Tuvalu, ya están siendo engullidas por el mar en las mareas más vivas, y la población ha empezado a hacer montañitas artificiales donde subirse todos los habitantes en las grandes mareas. Las playas de estas islas desaparecen y las inundaciones marinas salinizan los cultivos. Estas islas son bajísimas (5 metros sobre el nivel del mar), un tsunami acabaría con todos sus habitantes, y sus reservas de agua dulce son mínimas.













Es tal la amenaza que ya ha comenzado un plan de evacuación que permita trasladar a los 11.300 habitantes a Niue, otra islita de Nueva Zelanda  que ha aceptado recibirlos.

Yo no lo veré, pero ¡qué pena para la siguiente generación!. 

miércoles, 10 de abril de 2019

Vela solidaria, Carpe Diem 2019.

Hola navegantes.

Después de un rompedor viaje por China, volvemos a Santander con nuevas energías de cara al verano. Vamos a retomar la actividad Carpe Diem, de enseñanza de la navegación a vela y disfrute del mar con niños del Servicio de Hematología y Oncología de Valdecilla, que iniciamos en el ya lejano año 2003. Desde entonces otras Comunidades Autónomas han seguido nuestros pasos, y la actividad se hace ya en Santander, Laredo, Getxo, Huelva y Sevilla, y este verano en Murcia. Aquí va el tríptico explicativo:








Para verlo mejor:

Clic aquí

En Santander haremos la reunión preparatoria después de Semana Santa para empezar a navegar a finales de mayo o primeros de junio. Si algún médico, enfermera o algún capitán que disponga de un velero para la actividad quiere colaborar, que me llame o me escriba a través de los medios de contacto que se especifican en el tríptico.