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lunes, 2 de julio de 2018

Un barco macetero.

Hola navegantes.

Hoy hemos pasado el día en Brest viendo Oceanopolis y no tengo mucho que contar. Pero no me resisto a enseñaros una función hasta ahora desconocida de las "perlas del pantalán", esos barcos que os enseño a veces en estado ruinoso olvidados de sus dueños.

El de la foto está sirviendo de macetero a una plantita que ya se ha convertido en árbol:


Aprovecho para contaros que un niño de 12 años, Tom Goron, acaba de cruzar el canal de la Mancha en Optimist, un barquito de escuela de vela de 2,36 metros de eslora.


Le ha llevado 14 horas y 20 minutos y llevaba un barco de acompañamiento en el que navegaba su padre. Todo un ejemplo de superación, porque estuvo a punto de abandonar por el mareo y los vómitos, pero fue él mismo el que decidió continuar. Enhorabuena, Tom. Igual de mayor vemos la huella de tus manos en esta calle de Brest.

1 comentario:

  1. En mi pantalán, una plantita eligió la butaca del patrón de una motora que en otro tiempos debió de ser la envidia de aquellas aguas. Los barcos abandonados son siempre tristes y melancólicos, ¿verdad?
    Oscar

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