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lunes, 30 de julio de 2018

Se acaban las etapas de mar.

Hola navegantes.

Ya he comentado que en esta navegación hasta lo malo ocurre en el mejor momento. Me recuerda a aquél médico que le dice a uno que había recibido un disparo en la cabeza: "tiene usted la bala alojada en el mejor sitio que tiene el cerebro para recibir un balazo". Hoy al desamarrar en Fecamp vimos que estaban a punto de romperse los últimos hilos del cabo de la proa. Si se hubieran roto ayer mientras estábamos en Saint Valéry en Caux, al volver habríamos encontrado el barco medio suelto.


También quiero enseñaros uno de los barcos que amarra en las plazas para discapacitados. Es un velero adaptado para 8 personas en silla de ruedas, con asientos con arnés desde donde pueden hacer todas las maniobras. Ojalá en España se divulgue más esta vela adaptada.


Hoy hemos salido de Fecamp a las 6.30 para una etapa larga, que nos podíamos permitir por el pronóstico de viento del SW y porque íbamos a aprovechar la corriente de marea de hasta 2 nudos. Y en efecto hemos disfrutado de una galopada impresionante (46 millas en unas 8 horas), primero con el espí, y a media mañana, que el viento arreció, con la mayor en el primer rizo y el Génova. Lo único malo que el tiempo ha sido invernal, con varios chubascos, uno de ellos de granizo, y zonas de niebla de esas de cortar con cuchillo. Por cierto, una de las veces que la niebla se despejó nos topamos con una central nuclear.

Hemos venido a Le Treport. Es un bonito puerto pesquero cuyo acceso se seca en bajamar, con dos dársenas protegidas por esclusa. Llegamos justo en pleamar y pudimos pasar sin esperar. Me imagino lo que pensarían los del patio de butacas, porque ya había salido el sol, uno de esos abrasadores como el as de oros, y nosotros seguíamos con la ropa de aguas de lo que nos había caído encima por el camino.


La oficinas de la marina son el propio cuarto de máquinas de la esclusa, y Mike, el esclusero, nos recibió allí arriba y nos explicó algunos de los instrumentos de su trabajo.


Por cierto, en este puerto siguen utilizando las señales semafóricas para indicar avisos meteorológicos, que ya os conté en una entrada cuando estaba preparando esta navegación. Es una de las cosas que controla Mike desde su torre.

Treport tiene un funicular que atraviesa la montaña para acceder a lo alto del acantilado, y desde allí disfrutar de la maravillosa vista de su costa:



Por cierto, ¿Sabéis qué tuvimos que hacer con la bici  nada más sacarla del funicular?. Exacto, arreglar otro pinchazo. El paseo de allí arriba, desde donde se ve todo el pueblo, se llama "Paseo de los alcaldes", para agradecerles los servicios que han prestado a su comunidad.

Mañana seguiremos hacia el Norte, y entraremos en Saint Valéry sur Somme. Si el río Somme sigue siendo navegable a lo mejor nos metemos ya por allí a los canales, para atajar un poco y recuperar el tiempo perdido por los últimos días de mal tiempo.

Hasta mañana navegantes.

2 comentarios:

  1. Buenas:

    Parece que tenéis algo clavado en l a cubierta y va pinchando las cámaras cada vez que las ponéis....Tanto pinchazo no es normal.

    Buena proa

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  2. Ya lo hemos mirado hasta con lupa. Yo creo que es el diseño de la bici: apoyas prácticamente todo el peso en la trasera. Si la cubierta está un poco gastada (me vienen a durar un año) cualquier piedrita se mete en la cubierta, pincha la cámara, y luego se despega. En cuanto encuentre una tienda cambio la cubierta.

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