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domingo, 10 de junio de 2018

Llegamos a Belle Ille, la isla bella.

Hola navegantes.

Hoy salimos de la Turballe a las 7.30 h por la necesidad de llegar a Belle Ille con la pleamar, para la apertura de la esclusa de las 15 h. Por eso no nos quedó más remedio que salir bajo un chubasco, y luego aguantar varios diluvios por el camino que hacían ebullir la superficie del mar, aunque hablar de superficie era un eufemismo ya que había tanta agua por encima como por debajo de la línea de flotación. Aún así conseguimos hacernos las 27 millas a vela en una 6 horas y llegar justo 5 minutos antes de la pleamar. ¡Hay que fastidiarse con esta meteorología bretona, llegar a Belle Ille en pleno junio con todo el Pescanova puesto!.


Hoy vimos la primera manada de delfines de este viaje. Se acercaron por babor y había varios chiquitines. Y También aquí hace ejercicios de tiro el ejército francés, y están anunciadas maniobras los próximos días, con dos fragatas que van a efectuar  fuego real y un desembarco. Tengo que preguntar en Capitanía las fechas y las coordenadas porque van a ser aquí, en la misma bahía de Quiberón. Esta tarde ya estaban fondeadas frente a Belle Ille.


Por el camino habíamos visto muchos veleros navegando y nos pareció raro con aquella lluvia. Pues es una regata de asociaciones que enseñan a disfrutar de la vela a personas con distintas problemáticas médicas o sociales, como nosotros en Carpe Diem a los niños de oncología. Pues pasaron a la dársena a flote a todos los barcos de la regata antes que a nosotros y estuvimos dudando si habría sitio para todos.


Finalmente pasamos y al vernos con un barco tan pequeño nos dieron plaza en la segunda dársena entre los barcos locales en vez de en la primera en toda la vorágine de la regata. ¡Menuda diferencia!.




Por cierto, el barco rojo del fondo, aunque os parezca mentira por su cochambrez, coge huéspedes. Aquí por el tambucho vemos una auténtica selva de árboles en vez de una selva de mástiles:


Cómo esta bahía, con excepción de la dársena detrás de la esclusa, se seca en bajamar, la gente ha inventado lo inimaginable, como éste catamarán que ha puesto bisagras a las popas para poder levantar los timones y que no se claven en el fondo.


También nos ha gustado esta solución para amarrar los anexos en los puertos superpoblados: ¡Colgarlos!.


Mañana la dedicaremos a conocer Belle Ille, y pasado mañana dependerá de si se confirma el temporal del norte o no.

Hasta mañana navegantes.

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