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viernes, 30 de marzo de 2018

jueves, 29 de marzo de 2018

Canales: la más larga puede ser la más corta.

Hola navegantes.

La navegación por los canales tiene muchas peculiaridades respecto al mar: vamos desarbolados, no hay olas ni mareas, en vez de un horizonte vacío lo tienes completamente amueblado, te espera una sorpresa tras cada recodo del río o del canal, te quedas de forma gratuita a dormir en cualquier sitio y cerquísima de los centros urbanos, navegas por agua dulce con lo que te evitas problemas y mantenimiento con el motor, no dependes de la meteorología, etc. Ni mejor ni peor, pero muy distinto que por el mar. Yo digo que un navegante que no conozca las aguas interiores no está completo. Pero a efectos prácticos la principal diferencia es el modo de calcular la duración de las etapas, que no debe hacerse por millas sino por esclusas.

En efecto, el paso de una esclusa lleva unos 15-20 minutos si está vacía y todo se desarrolla bien, hasta más de una hora si te toca esperar. Si en una etapa tienes que pasar 8 ó 10 esclusas puede ocurrir que dediques todo el tiempo de navegación a las esclusas y no avances más que unas pocas millas hacia tu destino. Así pues, lo más importante es el número de esclusas y no el número de millas.

En la vuelta a Francia volveremos al Mediterráneo por las aguas interiores de Francia. Hasta llegar a Paris hay una red de canales que parece una telaraña, donde es fácil confundirse y acabar en Alemania, porque como ya dije en otra entrada, no suele haber carteles indicadores como en las carreteras:


De París hacia el Sur hay cuatro rutas posibles:

  • Vía Bourgogne (nº 1 en el mapa): es la más corta (629 km) pero tiene el segundo mayor número de esclusas (219) lo que la convierte en la vía más lenta. A cambio es la que soporta el menor tráfico comercial, por lo que el paso de cada esclusa es más rápido al no haber que esperar. Atraviesa los sitios más campestres y una gran variedad de lugares culturales.
  • Vía Canal lateral del Loira (nº 2 en el mapa): es la segunda más corta (643 km) y son sólo 157 esclusas. Atraviesa zonas industriales y tiene abundante tráfico de barcazas.
  • Vía Canal Nivernais (nº 3 en el mapa): 706 km y 225 esclusas. Es la segunda más larga y sin embargo la primera más lenta. Es la más recomendable para navegantes sin prisa porque atraviesa los sitios más bonitos y remotos del interior de Francia, pero está limitada por su escaso calado (1,20 m en el eje de los canales, menos en las orillas).
  • Vía Río Marne (nº 4 en el mapa): es la más larga (713 km) pero la que tiene menos esclusas (sólo 155) lo que la convierte en la vía más rápida. Sus escenarios son también de los más atractivos.
Como es lógico, en este momento no tenemos decidido por cuál volveremos y primero hay que ver si somos capaces de llegar hasta Dunkerque para desarbolar e introducirnos por los canales. Si la respuesta es que sí, la elección dependerá fundamentalmente de cómo vayamos de tiempo sobre lo planificado. Si nos sobra tiempo elegiríamos la ruta más bucólica, y si nos falta tiempo la más rápida. Por suerte con el calado del Corto Maltés (70 cm con la orza subida) no tenemos ninguna limitación en ese aspecto y podemos elegir sin condicionantes "técnicos".

lunes, 26 de marzo de 2018

Descuento de ExLibric.

Hola navegantes.

Con motivo de la presentación del libro "Un tripulante llamado Murphy", el día 8 de abril en el Club Náutico de Laredo, la editorial ExLibric me informa de que va a hacer un descuento del 10% en los pedidos por Internet de todos mis libros.

Hay que pinchar en el libro elegido en la columna derecha del blog o en https://www.exlibric.com/autores/alvaro-gonzalez/ y cuando se llega a la caja introducir en la casilla "cupones" el siguiente código:

#velaconalvaro

Comprobar que ha aplicado el descuento y continuar. Un saludo


domingo, 25 de marzo de 2018

Presentación de "Un tripulante llamado Murphy" en Laredo.

Hola navegantes.

El próximo domingo 8 de abril voy a presentar en Laredo el libro de nuestra navegación a la Isla de Elba, en Italia, en el Corto Maltés. Será en el Club Náutico de Laredo a las 12 horas. La siguiente imagen se puede mandar por wasap, por si me hacéis el favor de reenviarla a vuestros conocidos que puedan estar interesados.

Si alguien quiere que le lleve el libro dedicado con una dibucarta o con la dibufirma de su barco, que me mande un correo a alvarogaledo@gmail.com.

Gracias y un saludo.

sábado, 24 de marzo de 2018

¿El fin de los cementerios de barcos?.

Hola navegantes.

¿Cuánto dura un barco deportivo?. Aún no se sabe seguro, pero si se cuida bien puede durar varias décadas, y desde luego más que un coche. Nuestro Corto Maltés tiene más de 30 años y esperamos que nos dure otros 30. Lo malo es que aún no se sabe qué hacer con un viejo barco desguazado. Así como en la automoción está bien establecida la forma de dar un coche de baja, desguazarlo y reciclarlo, en la náutica deportiva hay una carencia.

Antiguamente los barcos se hundían, solicitando permiso, en zonas determinadas, normalmente grandes fosas abisales o valles submarinos, donde se remolcaba el barco y se le abrían los grifos de fondo para que se hundiera. Por supuesto, después de haberlo desprovisto de cualquier contaminante. Pero lo más habitual era que el barco acabase abandonado en una marina hasta que se hundiera, momento en que los responsables de la marina lo sacaban a un hangar o patio donde permenecía para el descanso eterno. Otras veces el barco quedaba abandonado en un estuario o en la orilla de un río donde las mareas acababan pudiendo con él y dejándolo medio enterrado en la basa del fondo para siempre. Ello iba creando una masa de residuos cotaminantes y feos a la que no se daba solución.



Recientemente en Francia has surgido empresas de "deconstrucción" de barcos, que reciclan todo lo posible del barco deportivo, y acaban haciendo del casco picadillo como si fuera un sacapuntas. De momento están en sus inicios (se deconstruyen unos 600 barcos al año, una minucia) y  lo paga el propietario, pero las empresas de construcción náutica se están organizando para crear un fondo que se haga cargo de los barcos inservibles. Por ley tendrán que hacerlo a partir del 1 de enero de 2019, y se financiará a partir de ahora con una parte del precio de compra de los barcos destinados al mercado francés (excluirá los barcos destinados a la exportación, que son 3/4 partes de los construidos en Francia). Para el stock histórico de barcos abandonados (se calculan en 20 a 25.000 los que habrá que deconstruir de aquí al año 2023) se creará un fondo con un pequeño porcentaje de los gastos de matriculación de los barcos.

Os aconsejo ver este vídeo. Aunque esté en francés, las imágenes hablan por sí solas:

http://www.voilesetvoiliers.com/chantiers/creation-dun-eco-organisme/#xtor=EPR-2-[news-11-02-2017]-20170211-[lien]

jueves, 22 de marzo de 2018

"Mascaret", la pororoca francesa.

Hola navegantes.

Otro fenómeno relacionado con las grandes mareas es la pororoca. Consiste en una ola (a veces una sola) que recorre los grandes ríos a partir de su desembocadura, durante decenas de kilómetros hacia río arriba. Es un fenómeno mucho más poderoso cuanto mayor es el río, siendo especialmente devastador en el Amazonas.Se produce por la acción de la marea al penetrar las aguas marinas sobre las fluviales durante la pleamar. Esa ola, a veces de 3 ó 4 metros de altura, se acentúa al estrecharse el río, por lo que puede pasar desapercibida en la zona de los deltas y aparecer algunos kilómetros tierra adentro, donde el cauce es más estrecho. A veces el sonido de la ola es tan fuerte que precede a su aparición.
 

Como el seno de la ola está frenado por la corriente del río, de dirección contraria, la ola suele ser rompiente, con lo que aumenta su peligrosidad. Incluso a veces la ola se queda quieta en el sitio, pero sigue rompiendo, porque está avanzando sobre las aguas del río que la empujan hacia el mar. Lógicamente el fenómeno es más fuerte en las mareas vivas y cuando el río tiene más caudal, debido a las crecidas.


En los años más recientes la pororoca está siendo utilizada por surfistas porque pueden penetrar sobre una de ellas y subir aguas arriba de la desembocadura durante casi una hora (¡en la misma ola!). Pero lo que para un surfista es un lujo, para un velero, y más si es cogido de lado, puede ser un drama. En efecto, se ha calculado que una ola rompiente cuya altura sea el tercio de la eslora (para el Corto Maltés, una rompiente de 2 metros) vuelca el barco seguro.



En la desembocadura del Sena en el Canal de la Mancha, a la altura de Le Havre, se producía hasta los años 60 una pororoca que los franceses llamaban "Mascaret". Remontaba el río unas decenas de millas y la ola alcanzaba los 2 metros de altura. Era una atracción turística y acudía gente de toda la región a contemplarla. El "Mascaret" provocó el ahogamiento de Leopoldine, la hija de Victor Hugo, y su marido, y luego inspiró al poeta un poema titulado "Demain dès l'aube..." recordando a su hija y a esa región francesa asolada por el río. Afortunadamente hoy el "Mascaret" ha desaparecido, debido a los grandes trabajos de infraestructuras desarrollados en los años 50 y 60 en la desembocadura del Sena (muros portuarios, dragados que han aumentado la profundidad del río, etc). Pero en las grandes mareas los navegantes locales hacen sonar todas las alarmas, porque aunque la ola ya no es rompiente sí se deja sentir, haciendo sufrir a las amarras de los barcos fondeados o amarrados en las orillas.

Para nosotros no es un tema baladí, porque si en la vuelta a Francia vamos mal de tiempo sobre lo planificado nuestro atajo o "plan B" es llegar a Paris por el Sena en lugar de por los canales desde Dunkerque. Eso nos obligaría a remontar el Sena decenas de millas hasta la primera esclusa, y estamos hablando de finales de julio o primeros de agosto, y podría coincidir nuestra entrada con las mareas vivas (14 de julio y 12 de agosto) lo que no sería precisamente bueno para nuestra navegación fluvial.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Día mundial de la poesía.

Dicen que la mejor manera de celebrar el día mundial de la poesía (21 de marzo) es escribir una. Comparto ésta, del libro "La sonrisa de Mikel" y dedicada a una de nuestras grumetillas de Carpe Diem que falleció a los 6 años:

YA LO SÉ QUE TU INFANCIA NO IBA SIENDO...

   Ya lo sé que tu infancia no iba siendo
ni feliz ni chiripitifláutica;
era tanta inyección, tanto fonendo,
tanta transfusión para este año horrendo
y tan poca la fuerza de la náutica!.

   ¿Cómo poder más que tanta medicina
(por un rincón pequeño de tu infancia)
con mi barco de vela de resina,
más que el miedo dentro de la ambulancia
con mi fueraborda de gasolina?.

   Se te ha llevado La Cariacontecida
sin enternecerse ni por tus pelucas,
ni por la gasa que cubría tu herida
ni por la fragilidad de tus patucas,
robándonos tardes en la mar tendida,
años de juventud y anillos de pedida.

   En un cielo profundo de mar de fondo
más allá de esa hermosa nube blanca,
sobre mi cabeza virando por redondo,
oteando el mar con tu mirada franca,
amollando la escota, tomando un rizo,
y lejos del hospital... te inmortalizo.


   Y dentro de unos años minifaldera
te sentiré cuando por la albufera
vague con mis grumetes todavía
presintiendo tu larga cabellera,
tu dolor olvidado, tu cercanía,
y hasta oliendo tu ropa y tu polvera.

   Porque aunque te venciera La Que Baja El Telón
estarás con nosotros en la navegación.

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Y ahora el dibupoema, con las estrofas marcadas en cursiva:




martes, 20 de marzo de 2018

¡Cuántos tipos de mareas!


Hola navegantes.

Recapitulando todo lo leido, en la vuelta a Francia vamos a tener que lidiar con 4 ó 5 tipos de mareas:
  • Las estandar semidiurnas del Cantábrico español, a las que estamos acostumbrados.
  • Las semidiurnas "exageradas en amplitud" (hasta 14 metros en vertical) de Bretaña Norte y Normandía, con sus corrientes de marea impresionantes (entrada del blog de 22-1-18).
  •  Las artificiales de La Rance, provocadas por la presa mareomotriz (entrada del blog de 2-3-18).
  • Las "dobles pleamares" de algunos puertos y estuarios de Normandía (entrada del blog de 19-3-18).
  • Si algún imprevisto nos llevase a la costa Sur de Inglaterra nos encontraríamos algunos puertos, como Southampton, con un fenómeno aún más raro:  mareas con doble pleamar más una estoa inesperada a mitad de la marea creciente, que alarga este periodo y resulta bastante más largo que la vaciante, justo lo contrario que en la orilla francesa del Canal. ¡Ay mi madre!.

lunes, 19 de marzo de 2018

Descuentos en el día del padre.

La editorial ExLibric me comunica que en el día de hoy aplicará un descuento del 5% en todos los libros con motivo del día del padre. Al comprar en la web hay que introducir el código:

#ohmydad

Un saludo.


La "doble pleamar" en Normandía, y otras rarezas.

Hola navegantes.

Si os parecía poco complicado navegar en Bretaña y Normandía con las corrientes de marea de hasta 10 nudos y los puertos de varada o con "umbral", fijaos ahora otras peculiaridades locales de la marea que nos encontraremos en algunos puertos y estuarios:

La onda de marea estandar o "semidiurna" tiene una forma sinusoidal, con una subida igual de pendiente que la bajada y que se repite cada 12 horas más o menos:


Entre la creciente y la bajante o "vaciante" hay un periodo corto que se llama "estoa" en que el mar ni sube ni baja, sino que se queda estable, y que en el Cantábrico es de algunos minutos. La "amplitud" de la marea es la diferencia de altura, en metros, entre la pleamar y la bajamar.

Nosotros necesitamos calcular a menudo la altura de agua en un momento dado, para saber si podemos pasar con el calado de nuestro barco por encima de bajíos, barras de ríos y entradas a puertos. Para eso, en los sitios con mareas estándar, usamos la "regla de los doceavos”. Se basa en dividir el recorrido total de la "amplitud" de la marea en doce partes, y tener en cuenta que la marea "corre" más en la mitad de su pendiente que en los extremos, concretamente:

• En la primera hora de subida o bajada hace 1/12 de la amplitud.
• En la segunda hora 2/12 de la amplitud.
• En la tercera hora 3/12 de la amplitud.
• En la cuarta hora 3/12 de la amplitud.
• En la quinta hora 2/12 de la amplitud.
• En la sexta hora 1/12 de la amplitud.



  El cálculo es sencillo: dividimos la amplitud de marea de ese día entre doce, y según el tiempo transcurrido de la pleamar o bajamar anterior, restamos o sumamos esos metros a la altura que tenía la marea en su extremos superior o inferior inmediatamente anteriores.

Pero en algunos puertos de Brataña y Normandía, especialmente los situados en las entradas o el interior de los estuarios, la marea no es sinusoidal sino que sigue este patrón:


La marea creciente va superacelerada y tarda 2 horas en vez de 6, la estoa de pleamar se alarga hasta 3 horas en vez de pocos minutos, y a continuación la vaciante ocupa sus 6 horas habituales de descenso. Por si fuera poco hay una "doble pleamar" que es esa muesca que se ve en la horizontalidad de la fase de estoa de la pleamar: parece que el agua empieza a bajar, pero al cabo de unos minutos viene otra oleada que la hace subir de nuevo y permanece alta durante una o dos horas más. La razón de este fenómeno no está clara, pero parece que tiene que ver con que la onda enorme de marea (hasta 14 metros en vertical) es frenada al llegar al platillo continental donde la cresta de la onda avanza más deprisa que su valle, que es frenado por los fondos someros.

Con independencia de la razón científica, lo que está claro es que en esas costas no sirve la regla de los doceavos, y para saber la altura de marea (como la velocidad de su corriente) hay que fiarse de la cartografía electrónica, que tienes que tener perfectamente actualizada, pues en ella se integran los horarios y alturas de marea dia a día. Una peculiaridad más que tendremos que incorporar a nuestros conocimientos marinos.

Otro día os hablaré del "mascaret", que es una especie de "pororoca" francesa.

domingo, 18 de marzo de 2018

Las "Nanas de la cebolla", de Miguel Hernández, en dibupoema.

Aquí el poema de Miguel Hernández (en cursiva, las estrofas que elegí para el dibupoema):


Nanas de la cebolla (1939).

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el niño como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cencido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

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Y ahora el dibupoema:




viernes, 16 de marzo de 2018

Velas inflables.

¿A que os parece raro este barco?:



Parece un chiringuito cutre y flotante, pero es la última tecnología vélica. Lo han desarrollado dos suizos en el lago Leman y se trata de una vela inflable sobre un mástil telescópico. Inflada, la forma de la vela es simétrica e imita un ala de avión en vertical. Pesa mucho menos que un palo y todo su aparejo con una vela clásica, lo que reduce el centro de gravedad con lo que aumenta la estabilidad y la ligereza de la embarcación, y también disminuyen el balance y el cabeceo:


 El mástil telescópico es de aluminio y la vela inflable de tela de espinaker ligero.  Para tomar rizos se acorta el palo a la vez que se desciende una parte de la vela. Para trasluchar la vela cambia de banda pasando por la proa, ya que no hay obenques ni estays, y lo hace además sin flamear, con lo que la maniobra es mucho más suave y fluida.

 
La parte mala es que necesita un ventilador que mantenga la presión de aire en el interior de la vela (en travesías te arriesgas a quedarte sin batería y que la vela se desinfle y se te venga abajo), y sobre todo... ¡lo fea que es!. Yo no la quiero por mucho que corra el barco.

jueves, 15 de marzo de 2018

martes, 13 de marzo de 2018

El track del GPS como pincel.

Hola navegantes.

A la gente se le ocurren cosas curiosas y espectaculares. Una de ellas es organizar el recorrido sobre un océano haciendo con tu estela (que queda marcada en la pantalla del plotter) un dibujo virtual sobre el mar. El primero fue el americano Reid Stowe, que se propuso batir el record de estancia en el mar sin escalas ni asistencia exterior y lo consiguió entre abril de 2007 y junio de 2010. Sí, lo habéis leido bien, 1.152 días embarcado sin tocar tierra. Lo hizo en el "Anne", una enorme goleta de 24 metros de eslora, saliendo y volviendo a Nueva York. Lógicamente dió la vuelta al mundo, pero como le sobraba tiempo se dedicó a mariposear por todos los océanos para alargar el viaje que quería que durase más de 1000 días, y en esos devaneos dibujó un cachalote o una foca en el Pacífico y un corazón en el Atlántico:




Al principio le acompañó su chica, que al final del primer año pensó que se adaptaba mal a la navegación de altura por los insoportables mareos y se desembarcó (a través de otro barco, para que el "Anne" no tocase tierra). Al final lo que le pasaba era más prosaico, que estaba embarazada y tuvo a su hijito cuando Reid llevaba 457 días en el mar. Ser padre no le hizo cambiar sus planes, y no adelantó la vuelta, o sea que cuando finalmente volvió conoció a su hijo que ya tenía 2 años. 

 


En la siguiente foto su llegada a Nueva York, donde podéis ver la diferencia entre el estado del barco tras más de 3 años en el mar, y la cara de Reid, recién afeitada para la posteridad:


Recientemente una pareja de navegantes, Christophe y Carina, que están dando la vuelta al mundo, se entretuvieron en desearnos feliz 2018 con el mismo sistema, grabando de forma virtual el año que empezaba en la Bahía de las Islas de Nueva Zelanda:


Si en la vuelta a Francia se dan las condiciones para intentarlo, a lo mejor os escribimos algún mensaje virtual con la estela del Corto Maltés.

domingo, 11 de marzo de 2018

Una baliza de geolocalización y emergencia.

Una de las obsesiones en las navegaciones largas es que tu familia esté informada de por dónde andas y se tranquilice, y poder solicitar ayuda si surge una emergencia en cualquier lugar del mundo. Hay algunas aplicaciones de móvil que te conectan al 112, gratuitas, pero que dejan mucho que desear. Necesitan cobertura de móvil (que en el mar se pierde en cuanto te alejas pocas millas de la costa) por lo que en la práctica es igual que llamar al 112 por teléfono. Y en los paises que sigue habiendo roaming las comunicaciones no son baratas ni ágiles. Además, por su carácter gratuito, tienen unas condiciones de uso draconianas (esa letra pequeña que nunca nos leemos) como por ejemplo que autorizas a utilizar tus datos de localización no sólo a la empresa que te da el servicio, sino a cualquier otra empresa subcontratada. Alguna de ellas incluso te hace aceptar las condiciones de uso de Facebook, al que están vinculadas.

En el Corto Maltés llevamos una baliza de localización SPOT GEN3. Es un aparatito del tamaño de una cajetilla de cigarrillos, con cobertura mundial, que emite tu posición GPS cada 10 minutos a través de la red de telefonía satelital Globalstar (un operador de telefonía creado en 1994 que explota una red de 48 satélites). Esa señal puedes volcarla a una página web (nosotros la subimos al blog en la columna derecha donde dice "Dónde estamos") donde pueden seguirte tus conocidos encima de los mapas de Google Earth. Además tiene una función SOS que desencadena tu búsqueda y rescate por las autoridades marítimas, y algunas funciones de mensajes personalizados para enviar a personas seleccionadas (son mensajes escritos previamente de tranquilización, o de llegada a puerto, o lo que tú quieras, pero que funcionan desde todo el mundo, siempre tienen cobertura, y están incluidos en la tarifa).

El aparato es estanco al agua y tiene una tarifa desde mi punto de vista muy razonable para la tranquilidad y seguridad que aporta a la navegación (169 € el aparato y 135 €/año el servicio). Sobre las radiobalizas clásicas tiene la ventaja de la función de seguimiento, que aquellas no tienen. Y el inconveniente de que la señal que emite es telefónica y la función SOS dirigida a un único destinatario (la empresa que la comercializa, que es norteamericana) la cual avisa a las autoridades competentes en el rescate del país en el que navegues. Es decir, que puede haber un barco poco más allá de tu horizonte que no se entere directamente de tu situación de alerta, aunque sí cuando las autoridades contacten con los barcos presentes en la zona.

Para nuestro tipo de navegación, que es costera y siempre a menos de 12 millas de la orilla, es decir, al alcance de los barcos y helicópteros de rescate, nos ha parecido suficiente. Para navegaciones oceánicas son más prácticas las radiobalizas clásicas, que emiten en una frecuencia de radio que captan los barcos navegando por la zona, sin intervención de ninguna estación en tierra. Esos barcos son los que más fácilmente te pueden socorrer, y más en medio de un océano que estás fuera del radio de los helicópteros y en que cualquier ayuda mandada desde tierra tardaría días o semanas en alcanzarte. A cambio estas radiobalizas son más caras, y no tienen la función de geolocalización permanente ya que sólo emiten cuando las activas por una emergencia.

En todas nuestras navegaciones la SPOT ha funcionado a la perfección. En teoría debe situarse en una superficie horizontal con el logotipo mirando hacia el cielo, pues la antena que detecta los satélites está bajo el logo. Pero en el barco la baliza hay que llevarla siempre encima por si te caes al agua, y ha funcionado perfectamente llevándola en el bolsillo o colgada del cuello. Aunque en teoría es resistente al agua según IPX7 (sumergible a 1 metro de profundidad por 30 segundos)  la llevamos dentro de una funda estanca para mayor seguridad.

 Habitualmente la llevo yo, y en las guardias nocturnas el que se queda al timón. Si se cae al agua el que no lleva la baliza tenemos la consigna de engancharla al aro salvavidas y lanzarlo, de manera que si no consigue volver al barco por lo menos tenga en su poder la baliza para activarla y mandar su situación en el mar. Lo que no es coherente es llevarla dentro del barco, porque allí no ayuda al que se cae al agua. Y no digamos en las navegaciones en solitario, que se queda a bordo sin nadie que la active y tú en el agua sin la baliza.

Como los seguros, esperemos no tener que utilizar la función de emergencia en la vuelta a Francia.

viernes, 9 de marzo de 2018

Dibufirma de MAGICLASS.

Esta es especial, es para los niños de la clase de Educación Primaria MAGICLASS, de un colegio de Madrid. Su profe, que también es navegante, va a acompañarme en el intento de circunnavegar Francia este verano y les está enseñando a hacer dibucartas:


Yo la única condición que pongo para enseñar a hacerlas es el compromiso de que sólo se utilicen para decir cosas buenas y positivas.

jueves, 8 de marzo de 2018

"Canción del esposo soldado", de Miguel Hernández, en dibupoema.

Primero el extraordinario poema de Miguel Hernández, de 1937 (en cursiva, las estrofas que usaré para el dibupoema, ya que el poema entero es muy largo):

Canción del esposo soldado (1937).

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus penas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.


Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.
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Y ahora el dibupoema:



miércoles, 7 de marzo de 2018

Un país 85 cm por encima del nivel del mar.

Es Tuvalu, uno de los países que forman la Polinesia. Es una isla formada por atolones de coral en mitad del océano Pacífico, a mitad de camino entre Hawai y Australia. En las mareas más vivas, como la última del 28 de febrero, el mar inunda las calles hasta de su capital, Funafuti, donde está el único aeropuerto, se impide la circulación por algunas calles y carreteras, y el punto más elevado de la isla sólo sobresale 85 cm del nivel del mar. Si ese día y a esa hora coincidiera con olas altas, el pais entero quedaría sumergido. Y está a más de mil kilómetros de las tierras emergidas más cercanas, o sea que no habría forma de evacuar a sus habitantes.


En algunos atolones del pacífico sus habitantes están construyendo colinas artificiales donde poder subirse toda la población en casos similares, a esperar a que baje la marea o a que les rescaten. Serían como náufragos en una tierra firme. ¡Y todavía hay quien dice que el cambio climático y la subida del nivel del mar son una entelequia!. Y lo peor de todo es que los paises ricos contaminamos y los pobres son los que padecen las consecuencias.

viernes, 2 de marzo de 2018

Una ría mitad dulce, mitad salada, y con una anarquía de mareas.

Hola navegantes.

Es La Rance, otro de los sitios míticos de la vuelta a Francia y de los más curiosos por los que se puede navegar. Es un enorme río (1 km en su desembocadura) al que se ha cerrado con una presa, como el Vilaine que conocimos en nuestra anterior navegación a Bretaña. Como comparación, el Vilaine tiene en su desembocadura "sólo" 500 metros. Pero así como en el Vilaine es una presa hidroeléctrica (embalsa el agua y la deja caer en una sola dirección) en La Rance es una presa mareomotriz, o sea, utiliza la fuerza de la marea al subir y al bajar, y por lo tanto la represa se llena y se vacía. Hay una esclusa que te permite pasar a aguas arriba de la presa, y allí te encuentras en un mundo raro, tirando a rarísimo.

Por lo pronto la marea, mediatizada por la presa y las necesidades energéticas, está modificada respecto a su ritmo natural. Se ha creado un régimen de mareas artificial cuya amplitud puede ser desde 4 hasta 12,5 metros en vertical, y eso de un día para el siguiente. Los horarios de mareas y su altura se dan a conocer cada viernes para la semana siguiente y hay que consultarlos en un teléfono o una web. La luna es más predecible. Y esos horarios y alturas son importantísimos, pues definen las horas a las que se puede entrar y salir de los puertos, que son de los que se secan en bajamar, y lo más importante, te avisan de lo que puede pasar si varas en una orilla. En las mareas naturales es predecible, sabes qué día podrás volver a reflotar según la marea (normalmente en la siguiente pleamar) pero aquí te arriesgas a quedarte en seco varios días hasta que ese ritmo artificioso te facilite el agua necesaria para reflotar. A un barco como el Corto Maltés, con orza abatible, le pasó y se quedó varado tres días, pero nada impide que sean varias semanas, porque obviamente no van a modificar la marea y su plan energético para que un velero desencalle. En esta primera parte de La Rance el agua es salada y se llama "La Rance Marítima".


Por si fuera poco, a mitad del recorrido del río hay otra presa con esclusa, esta vez cerrada, por la que se accede a la parte "fluvial" de La Rance, que es de agua dulce. Allí no hay mareas y se navega como en cualquier canal. Tanto en la parte marítima como en la fluvial hay varios puertos, el último de la parte fluvial en pleno centro de la ciudad medieval de Dinan.

Y para mayor interés, en La Rance marítima vive una foca, Josefina, desde hace 17 años. Supongo que entró en uno de los pasos de barcos por la esclusa de la presa mareomotriz, y ahora cualquiera se atreve a volver al mar por esa infraestructura, que si te absorbe te hace carne picada en las turbinas. Así que allí estará la foca hasta la edad de la dependencia, y mientras se ha hecho una vecina más del puerto de Mordreux. Se la suele ver tomando el sol entre los bañistas en la rampa. Además se ha visto a jabalíes cruzando el río de una orilla a otra, pues allí ya sólo mide veintitantos metros de ancho.

Como veis, hay sitios muy interesantes para navegar sin tener que dar la vuelta al mundo y tener un superbarco. De hecho los de quilla fija lo tienen muy difícil para navegar por La Rance, cuya parte marítima se seca prácticamente en bajamar, y los de más de dos metros de calado lo tienen imposible, pues es el calado mínimo de los puertos del interior.