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jueves, 27 de julio de 2017

Ya estamos en Cantabria... con sorpresas desagradables.

Hola navegantes.

Ayer salimos de Ribadesella con destino a Llanes. Salimos temprano para hacerlo en pleamar, y nos beneficiamos del viento terral del SW durante aproximadamente una hora. Luego calma total toda la mañana. Pero a primera hora de la tarde, cuando ya estábamos frente a Llanes, salió una brisa maravillosa del W que nos permitía hacer 4 nudos con la mayor y el espí. Como además hacia un día veraniego de sol y calor, decidimos alargar la la etapa y llegar a San Vicente, ya en Cantabria. En total 33 millas, más de la mitad a la vela.

Un poco antes de entrar entre los espigones de San Vicente trabamos en la hélice una red de pesca. El peor sitio para trabar una red, porque la marea nos metía sin control. Por suerte pudimos quitar la mayoría con el bichero y entrar al puerto a motor.

Aquí empezaron las sorpresas. Han puesto una boyas para visitantes por las que cobran 17 euros por noche, sin ningún servicio, y por desembarcar el botero cobra 5 euros más. Un robo parecido al de Cudillero. Un francés que había entrado delante de nosotros se desamarró enseguida y se fue a fondear al oir la tarifa. Estar unos metros más allá fondeado no cuesta nada.

Al acercarnos nosotros al muro para amarrar allí, para cargar agua y gasolina, todos los presentes nos echaron con cajas destempladas, amenazando con multas por el guardamuelles, diciendo que estorbábamos a los pesqueros, y que igual que ellos pagaban por usar el muelle pagáramos nosotros la boya "de cortesía". Un argumento que pierde todo su valor por las malas formas, y que parecía la repetición de una lección que alguien les había dictado.

Preocupados sobre todo  por el resto de red que llevábamos trabada en la hélice, fondeamos en un sitio con poco fondo para aprovechar la luz que quedaba del día, sacar el fueraborda y quitar la red. Después de eso nos cambiamos a un fondeo cerca de la entrada de la bahía. En pleamar calaba unos 4,5 metros y la marea tenía que bajar 3,71, con lo que esperaba tener 1,19 metros en bajamar, que era a las 2:44 h. de la madrugada. Como el Corto Maltés cala sólo 70 cm con la orza subida, esperaba no tener problemas. Pero si borneábamos a una zona de menos fondo podríamos varar. Así que pusimos el despertador a las 2:15 para observar los acontecimientos, y si corríamos riesgo de varar salir para Santander de noche.

A las 23:45 un crujido prolongado me hizo saltar de la cama con los pelos erizados, temiendo lo peor. Llovía y la noche estaba oscura como las intenciones de los de ayer. Pero eché el escandallo y allí había aún más de tres metros de fondo. No sé lo que provocó aquel crujido porque no vi nada, pero supongo que un tronco u otro objeto arrastrado por la corriente de la marea vaciante.

Volvimos a la cama y a las 2.44 h. había incluso más fondo que antes en la pleamar, porque el borneo nos había llevado a aguas más profundas. Ahora a esperar a que amanezca.

2 comentarios:

  1. !Que verguenza!, a ver si corre la voz entre los navegantes y asi se les queden todas las boyas vacias y recapaciten.
    Animo, que ya estais casi en casa.

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  2. Gracias Daniel. ¡Después de criticarlo en Cudillero tengo que verlo en mi tierra!.

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