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jueves, 6 de julio de 2017

La isla mítica

Hola navegantes.

Ayer nos levantamos temprano con ganas de navegar y de llegar a nuestra isla mítica, Sálvora, con tiempo para disfrutarla. Fue uno de nuestros sitios preferidos de la vuelta a España y la segunda visita no nos ha defraudado. En la primera foto veis la aproximación a la isla desde el NW.

Salimos de Muros con el cielo cubierto y con frío, necesitando toda la ropa de invierno para ir a gusto. Pero a lo largo del día se fue despejando, el sol calentando el ambiente y el viento reforzándose, acabando la navegación al mediodía con una ceñida preciosa a toda vela hacia Sálvora. En total 25 millas en 6 horas.

Cerca de Sálvora estuvimos pendientes de otro de esos escollos alucinantes de Galicia, que no ves hasta que no estás encima. Es el de la segunda foto: una roca en mitad del mar a  4 km de la costa, donde ni por lo más remoto se te ocurre pensar que puedes encontrarte una roca. Y luego nos reímos de cómo los bautizan. Entrando casi al puertito de Sálvora está la Piedra Pegar, y a su lado otra roca más pequeñita, pero igual de asesina, que llaman "el hijo de la Pegar". Por cierto, causaron un naufragio famoso en enero de 1921, en el que tres mujeres de Sálvora salvaron a muchos de los marineros, porque los demás habitantes de la isla de habían ido al continente a celebrar la fiesta de Navidad. En su honor los hórreos de la isla que se han restaurado se han dedicado a aquellas heroínas.

Amarramos en el puertito de Sálvora y dió la casualidad de que estaba de guarda Roberto, al que conocimos en la vuelta a España. Se acordaba de nuestro paso por la isla y le pusimos al corriente de cómo finalizó aquella aventura. Luego nos presentó a la guía de la reserva natural, Beatriz, que nos acompañó a visitar la antigua aldea de los pescadores, donde ya no vive nadie. Vimos las casas y los hórreos restaurados, las fuentes de agua dulce que tiene la isla, el lavadero, el faro, las manadas de caballos salvajes (se saben que son salvajes porque dejan huella sin herradura) los conejos, y algunos cuernos de ciervos,  ninguno en vivo aunque aún pueblan la isla una o dos docenas.

También conocimos al actual farero, Julio, que además es escritor y está preparando un libro sobre su vida en los faros. El anterior, Pepe, del que os hablé en el libro de la vuelta a España, ya se ha jubilado.

En resumen, un lugar de esos que si no lo hubiera visto jamás te lo podrías haber imaginado. Mucho más atractivo que sus vecinas, Ons y Cíes, y que os recomendamos visitar, aunque es cierto que es un poco más difícil que las otras. Pero vale la pena el esfuerzo.

Hoy entraremos en la ría de Arosa y empezaremos a recorrer todos sus rincones y sus numerosas islas e islotes.

Hasta mañana navegantes.

1 comentario:

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