De Portoferraio fuimos al puertecito “Circolo Nautico Cavo”, que es privado, pequeñito y una monada. Los aseos eran un solo espacio de WC más ducha para cada sexo. Para llegar a la ducha teníamos que pasar por delante de la chica de la oficina, que como sabía quién había pasado primero te adelantaba si estaba ocupada y te calculaba lo que tardaría el anterior. Puro pueblo. Visitamos el mausoleo Tonietti, en estado de abandono. Antiguamente se usaba como lugar de encuentro de las gentes de Cavo el Lunes de Pascua, donde se bailaba, se cantaba, y se saboreaban sus dulces típicos. La tradición marcaba que los chicos regalasen a las chicas que les gustaban, el Domingo de Ramos, un cesto de flores y el dulce “masculino”, “El Ceremito”, que es como una silueta fálica retorcida. Si a la chica le gustaba y quería corresponderle, el Lunes de Pascua le regalaba el dulce “femenino”, “La Sportella”, que es como un símbolo de la vulva, pero eso sí, bendecida para que no hubiera malas interpretaciones. Otra vez, puro pueblo.
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