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miércoles, 13 de julio de 2016

Tocar madera.

Hola navegantes.

Hoy nos han entregado el fueraborda supuestamente arreglado. Sólo le han cambiado el carburador por el que trajo Ana de Santander y va de cine. De la sospecha de que estuviera deteriorada la junta de la culata, nada. Aunque estamos contentos porque haya sido una avería menor, nos da inseguridad que no sepan exactamente qué le ha pasado. Vamos a probarle dentro del puerto los dos próximos días, que de todos modos no podríamos salir por el mistral, y si va bien nos decidiremos a seguir el viaje por los canales. Tocad madera.

Hemos dedicado el día a recorrer la reserva natural de Camargue. Su principal valor ecológico son las aves migratorias y los caballos criados en libertad, así como las manadas de toros. Y su principal valor económico las salinas, que ocupan la mayor parte de la reserva. Curiosamente tienen color rosa, las fotos no están retocadas con photoshop, debido a un alga, la Dunaliella Salina, que crece en el agua y le confiere ese color. Estéticamente son preciosas y una sorpresa visual inesperada.

Las lagunas salobres estaban azotadas por el mistral, que levantaba espuma del agua. Cruzamos el Ródano en un transbordador, y su capitán sí que se merecía una ovación, no los pilotos de Ryanair. El río bajaba con tanta fuerza, y el mistral soplaba con tanta furia, que el trayecto que trazaba sobre el río en vez de una recta era una elipse. En una Veleda anotaban el número de adultos y de niños que iban en cada transbordo, supongo que para saber a cuántos habría que buscar en caso de naufragio. No se me ocurre otra razón.

Luego fuimos a la capitanía de Arles a preguntar detalles de la Vignete, y sobre todo de dónde amarrar. La empleada era nueva, lleva una semana trabajando, y se notaba. No fue capaz de hacernos la Vignete, la haremos por internet, y el sitio que nos sugirió para quedarnos creo que no existe. Según ella hay un Halte Nautique, que es una especie de apeadero con muelle o pantalanes, después del puente de Fourques, el primer pueblo del Petit Rhone. Pero en el mapa que nos fotocopió no sale, ni lo veo en Google Maps. ¡Qué mal rollo!.  Supongo que nos quedaremos abarloados a algún barco local sin irnos del nuestro, y si hace falta al de la Guardia Costera por razones de fuerza mayor. Qué remedio.

Mañana es la fiesta nacional de Francia. Iban a tirar fuegos artificiales pero los han suspendido por el vientazo. Lo que sí ha habido son peleas de gladiadores náuticos. El primer día nos sorprendió ver unas barcas raras, con una especie de escalera y plataforma en la popa. Pues en cada una se pone un niño, adecuadamente protegido, y se enfrentan con un palo en ristre a ver quién hace caer al otro.

Para terminar hoy, uno de mis grumetillos hace colección de chapas, y fijaos ya las que le llevo. No te quejarás, Daniel.

Hasta mañana, navegantes.

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