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sábado, 31 de agosto de 2013

viernes, 30 de agosto de 2013

A los fuegos y a dormir a bordo.

Ayer volvimos a salir con el grupo Carpe Diem a ver los fuegos artificiales, con la novedad de que algunos se quedaron a dormir a bordo.

Hizo una tarde espléndida pero casi sin viento, así que la dedicamos al baño hasta la hora de cenar. Algunos incluso se bañaron de noche. Después de los fuegos fuimos a fondear a una zona tranquila, garantizada sin olas, para dormir.



Después de fondear siendo noche cerrada, es sorprendente lo que puede depararte el amanecer (esto es a 2 millas de la ciudad de Santander).


También otras sorpresas desagradables, como que por la noche habíamos pillado una red de pesca con la hélice. Por suerte hubo un voluntario para desenredarlo buceando:


Como seguíamos sin viento, dedicamos la mañana a intentar pescar, pero no cayó nada aunque había un banco de peces a la sombra del Corto Maltés pasando el día. Como no llevábamos cebo lo intentamos con salchichón, y se ve que no les gusta.


Estuvimos buceando para buscar conchas y orejas de mar, con las que hicimos un collar para las madres, como el que lleva aquí mi grumetillo:

Y acabamos la mañana haciendo un poco de paipoesquí. Vaya, dos días perfectos. Y como esto es un curso de vela, nos trajeron la tarea del día: un esquema de las luces y balizas:


y un trabajo con el código de banderas. A los dos grumetillos les hemos puesto un 10.



viernes, 23 de agosto de 2013

Ayer hizo un año que volvimos.

Ayer hizo un año del final de la vuelta a España. Suele decirse que el que regresa de una aventura así no es el mismo que salió, y lo suscribo. Fueron tantas experiencias en tres meses, tantos sitios nuevos descubiertos, tanto tiempo de soledad para pensar en tus cosas y conocerte mejor por dentro, tantos momentos de estrés y de poner a prueba tus conocimientos, tu prudencia, tu improvisación, y también tantos momentos de relajación y contemplación tranquila… esa forma nueva de sentir tus relaciones familiares desde lejos, de ver tu vida diaria y tus problemas desde otra perspectiva, más lejana e imparcial… un disfrute tan intenso de las cosas que te gustan…

Eso sí, ¡qué dura la vuelta al trabajo, a la rutina, a las obligaciones!. Confieso que este verano he mirado todos los días el Anexo al final del libro donde resume dónde estábamos el mismo día de 2012, y me he deleitado un rato recordando las anécdotas de cada jornada. Fue una navegación maravillosa. Os recomiendo sinceramente que no pospongáis vuestros planes de navegación esperando que se den las circunstancias ideales. Aprovechad el barco que tenéis, el tiempo que tenéis, y adaptad vuestros planes a ellos sin complejos. Ya veis que con un barco modesto y con medios modestos pueden vivirse cosas que merecen la pena.

lunes, 19 de agosto de 2013

domingo, 18 de agosto de 2013

Hicimos paipoesquí.

Ayer fue una navegación especial para nuestro grupo de niños de Valdecilla. Fuimos a hacer paipoesquí. Una motora les arrastra en paipo como si fuera esquí acuático pero con un poco más de estabilidad que los esquíes.


Al principio les asusta un poco. Poco a poco van cogiendo confianza y acaban haciendo malabarismos.


Hizo una tarde de auténtico verano, ¡ya era hora!. En los ratos de vela les enseñamos a tomar rizos, aunque como hacía poco viento los quitamos enseguida.

La próxima navegación volverá a ser nocturna para ver los fuegos artificiales.

martes, 13 de agosto de 2013

lunes, 12 de agosto de 2013

Nos acompañó el Bon Temps

De vuelta en Santander tras 15 días vagabundeando por la costa de Asturias y Cantabria en el Corto Maltés, hemos reanudado las navegaciones con el grupo de niños del Hospital Valdecilla. Ayer fue un día especial pues nos acompañó el Bon Temps.




Es un barco de madera caracterizado por su aparejo de dos palos y botalón, 5 velas (en vez de las dos de nuestros barcos) y sus casamatas o casetas muy pronunciadas, lo que le confieren una forma peculiar y diferente de otras embarcaciones. Se construyó en 1926 y ha sido restaurado por la Fundación Villas del Cantábrico, que tiene la aspiración de construir un velero escuela de aire clásico para Cantabria, y mientras lo logra está contribuyendo a difundir la idea y el conocimiento de la vela con esta joya del siglo pasado. Como su capacidad de embarque es tan grande, ayer nuestra flota estaba constituida sólo por 3 barcos: el Bon Temps, el Corto Maltés y el Maribela.

Hizo un día de mucho calor lo que generó un viento fuerte del Nordeste que nos permitió aplicar muy bien la lección del día, que era la toma de rizos y la elección de la superficie vélica adecuada al viento reinante:


Dedicamos una buena parte de la tarde al baño, y además celebramos el cumpleaños de dos de los grumetillos: cumplieron 6 y 9 años. ¡La vela se puede empezar muy pronto!. ¡Nuestros grumetillos más pequeños han tenido 3 años!.


 ¡Hasta la próxima, que será el 17 de agosto y haremos paipo-esquí!.

sábado, 10 de agosto de 2013

De nuevo en casa.

Después de dos semanas mariposeando por las calas y los puertos de Asturias estamos de nuevo en Santander. Menos un día que la lluvia nos retuvo en Ribadesella:


 los demás días han sido extraordinarios. Y los asturianos, como siempre, una gente fabulosa y muy amables. A la vuelta incluso nos metimos en la Ría de Niembro, un brazo de mar precioso que termina en una orilla donde una iglesia y un cementerio se reflejan en el agua. En bajamar se seca, y en pleamar (cuando llegamos nosotros) tiene algo menos de 2 metros de profundidad. ¡Ventajas de los veleros de orza abatible!:


También entramos en la Ensenada de Poo, otra que se vacía en bajamar dejando una playa redondita la mar de coqueta. Y finalmente entramos en Cantabria por San Vicente de la Barquera, que nos obsequió entre otras con estas imágenes que tanto se disfrutan desde el mar:


En fin, una navegación relajada por sitios espectaculares, que demuestran una vez más que no se necesita un gran barco ni un destino exótico para disfrutar de la navegación.